Donato Laurita: “No podemos convertir todo el sector costero en un parador al lado de otro”
La reciente presentación de un proyecto para instalar un parador gastronómico en la rambla de Puerto Madryn ha generado un intenso debate en la ciudad. En medio de las opiniones encontradas, El Diario Web consultó a Donato Laurita, integrante del Consejo de Planeamiento Urbano en representación de la Cámara CIMA Región Patagonia, quien expresó una postura crítica respecto a la viabilidad y el impacto de esta iniciativa en un lugar tan emblemático como la intersección de Brown y Lugones.
Laurita destacó que, aunque el parador luce visualmente atractivo, el verdadero problema radica en su ubicación y en el impacto sobre los servicios de infraestructura ya sobrecargados. “Casi todos los servicios están colapsados y realmente es algo que merece tratarse con demasiado respeto y con demasiada seriedad”, afirmó, subrayando que la capacidad actual de las cloacas, que datan de hace más de cincuenta años, es una preocupación crítica para la ciudad.
Seguidamente, sostuvo que la discusión de los servicios se viene dando hace algunos años y que esta situación “no da para más”, soslayando la necesidad de abordar esta problemática estructural antes de considerar más proyectos de este estilo sobre la costa.
Además, Laurita hizo hincapié en la importancia de preservar el acceso y la vista al mar para los residentes y turistas, sugiriendo que la proliferación de paradores podría alterar la esencia de la rambla y de la ciudad.
“No podemos convertir todo el sector costero en un parador al lado de otro”, explicó, y ejemplificó la situación en Mar del Plata, donde los paradores se encuentran tan cerca unos de otros que solo quedan estrechos espacios de acceso público. “Se quita la vista y se interrumpe el tránsito libre para la gente que quiere bajar a la playa, para pasear. Seguir multiplicando estos paradores sería una inconsistencia con el hecho de tener una ciudad equilibrada con el medioambiente”, argumentó.
Para Laurita, un Puerto Madryn que valore su relación con el entorno es crucial. “Nos llenamos la boca con un Madryn distinto, hagámoslo distinto”, enfatizó, en referencia a la necesidad de proyectos que armonicen crecimiento y sostenibilidad. Según el representante de CIMA, la ciudad debe priorizar el bienestar de la sociedad y no solo de los inversores. “Esto no es una cuestión del inversor, sino una cuestión de la sociedad”.
La discusión sobre la propuesta gastronómica está lejos de resolverse y promete continuar en los próximos debates del Concejo Deliberante y el Consejo de Planeamiento Urbano. Mientras tanto, la comunidad de Puerto Madryn sigue atenta a la evolución de este proyecto que plantea una reflexión profunda sobre el desarrollo urbano y la preservación de su entorno natural.