El reclamo salarial de los estatales misioneros pone en jaque al gobierno
El Gobierno de Misiones no logró destrabar este domingo el conflicto que llevó a los policías activos y retirados a acampar frente a la base de operaciones del Comando Radioeléctrico, en Posadas. El jefe de la fuerza había logrado un principio de acuerdo y se llegó a anunciar al filo del mediodía la firma de un acta acuerdo, pero imprevistamente la cúpula policial abandonó el lugar sin realizar anuncios. Anoche, los representantes de los policías seguían negociando en la Jefatura de Policía, mientras el número de manifestantes se multiplicaba pese a las bajas temperaturas.
El comité de crisis que integran el Gobierno provincial junto al Ministerio de Seguridad de la Nación, acordó realizar un operativo a primera hora de este domingo para impedir la llegada de más manifestantes al acampe.
Pasadas las 8.00, agentes de la Prefectura, Policía Federal, Gendarmería e Infantería de la Policía de Misiones desembarcaron en la zona con un operativo cerrojo. Hubo forcejeos, corridas y algunos golpes con los agentes que sólo portaban tonfas e intentaban impedir que un pequeño grupo de docentes y personal de salud se sumara al reclamo.
Por varios minutos se sucedieron los incidentes y los neumáticos volvieron a arder en la intersección de las avenidas Uruguay y Trincheras de San José, a una cuadra del Comando. Allí, volvieron a sonar las sirenas de los casi 30 patrulleros que están atravesados sobre la avenida y calles aledañas. La tensión se incrementó y el jefe de la Policía de Misiones, el comisario general Sandro Martínez, que llegó junto a la plana mayor de la fuerza para encausar el diálogo, fue recibido con insultos.
Los policías activos y retirados llegaron hasta la sede del Comando Radioeléctrico el viernes a la madrugada, la misma sede policial que habían tomado en 2012, cuando s e acuartelaron en reclamo de mejoras salariales.
Desde el Gobierno descartaron cualquier posibilidad de diálogo con los manifestantes. Desde el Ministerio de Gobierno impulsaron denuncias por sedición, hurto de patrulleros, daños e interrupción de las comunicaciones del 911. El juez de Instrucción Ricardo Balor se reunió con los policías y les advirtió que ya había firmado una orden de desalojo y la restitución de los patrulleros y una autobomba.
La creación del Comité de Crisis generó mayor tensión con los agentes y ex agentes policiales y penitenciarios. La posibilidad de una posible represión por parte de las fuerzas federales comenzó a circular a última hora del sábado cuando se filtró una orden interna de la Prefectura convocando a todos sus hombres para las 5.45 del domingo.
El desembarco de las fuerzas federales, que intentaron armar un cordón y aislar a los manifestantes, alteró los ánimos por un tiempo. Cerca del mediodía, los representantes de los policías, los suboficiales mayores retirados Ramón Amarilla y Germán Palavecino, salieron de la reunión con Martínez y comunicaron el principio de acuerdo y el retorno de la Mesa Policial, que se encarga de negociar las recomposiciones salariales con el Gobierno. (Fuente: Clarín)