El economista y especialista en Finanzas, Federico Michi, analizó la iniciativa del Gobierno Nacional de impulsar un impuesto a la «Renta inesperada», cuyo objetivo sería financiar, con dichos fondos, el nuevo Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que se pagará en dos cuotas -mayo y junio- a varios sectores de la población, entre ellos Monotributistas de categorías A y B.

En diálogo con AzM Radio, Michi aclaró que «el proyecto de Ley todavía no lo hemos visto, hasta ahora solamente hubo una conferencia de prensa del Presidente y del Ministro de Economía, hay que ver si el Congreso lo aprueba» y explicó que «pareciera que lo que presentan viene por el lado de un incremento al Impuesto a las Ganancias para las empresas argentinas que tengan ganancias por encima de los USD5 millones anuales, lo que abarca un 3% del total de las mismas».

Asimismo, el economista planteó que «hay una discusión que debería darse de fondo que es la progresividad de los impuestos: si queremos una progresividad en la escala de Impuesto a las Ganancias para empresas, me parece que hay que trabajarla como tal, pero da la sensación de que el abordaje tiene más que ver con un ‘parche’ o un ‘manotazo de ahogado’ por sobre una verdadera reforma tributaria o impositiva sobre algún impuesto».

«Este bono será para monotributistas de las categorías A y B, que son los que menos ganan, luego están jubilados con determinados ingresos y en condiciones más frágiles, y los que están en condiciones de empleo informal. Son $18.000 que se pagarán en dos cuotas de $9.000 en mayo y junio de este año, pero el impuesto (a la Renta Inesperada) se cobrará recién el año que viene para las ganancias que correspondan al año 2022. Entonces, tenemos un desfasaje financiero y el mismo hay que cumplirlo de alguna forma, ya que hay que suplir el gasto público que se va a generar ahora», apuntó Michi, sumando a ello que «la Reserva Federal, que es el Banco Central de los Estados Unidos, está en un proceso de suba de tasas y se estima un 3% en subas graduales hasta el año que viene; el impacto sería como si Argentina incrementara 12 veces la tasa de interés».