“Siguiendo ballenas” trackea satelitalmente a 30 ballenas


El proyecto colaborativo “Siguiendo ballenas” inició su décima temporada de investigación para conocer las rutas migratorias y las áreas clave que utiliza la ballena franca austral en los golfos norpatagónicos y el Atlántico Sur. El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) participa en esta nueva temporada, que utiliza tecnología satelital de vanguardia. En esta décima campaña, se equiparon 30 individuos con dispositivos satelitales. Actualmente, 14 continúan transmitiendo información, lo que permite conocer en detalle los movimientos y recorridos de los individuos monitoreados.
De las ballenas con transmisores activos, 8 permanecen aún en el Golfo Nuevo -como Silicon, Aluminium y Carbon– y 6 iniciaron su viaje fuera del área reproductiva de Península Valdés -como Iron, Sodium y Argentum.

Tecnología satelital para conocer y proteger

El seguimiento satelital permite analizar el comportamiento de las ballenas en las áreas de reproducción y cría, la velocidad y distancias de los desplazamientos diarios, las áreas clave para su alimentación y ciclo de vida en el Océano Atlántico Sudoccidental y en los mares subantárticos. Esta información es valiosa para conocer más sobre la especie y para verificar si sus principales zonas de uso se solapan con actividades humanas, como la pesca, la extracción de hidrocarburos o el transporte naviero, y así elaborar recomendaciones para mitigar posibles impactos.
Se utiliza la tecnología más segura para garantizar la salud y el bienestar de los animales; los dispositivos se desprenden sin generar daños y, en cada temporada, se incorporan avances que permiten contar con transmisores cada vez más pequeños y de mayor duración, lo que brinda una mejor escala de recorridos y de información asociada.
Los transmisores satelitales de larga duración permiten conocer la localización en el mar de cada ballena, con una frecuencia de varias posiciones al día. En la última década, el análisis de estos datos ha permitido comprender mejor los patrones migratorios de esta especie que cubren miles de kilómetros anualmente.

Temporada 2025

Durante el mes de septiembre, los especialistas de las diversas instituciones y organizaciones que son parte de este proyecto, colocaron, desde una embarcación, transmisores satelitales de última generación a 30 ballenas francas australes en el Golfo Nuevo, Península Valdés.
Los individuos monitoreados conforman un grupo representativo que incluye madres con cría e individuos solitarios. Previo a la instrumentación, se contempla que se encuentren en buenas condiciones corporales y muestren buena recepción al acercamiento de la embarcación. Para facilitar la identificación a cada ballena portadora de un dispositivo, y como en la temporada pasada, se le asignó a cada una el nombre de un elemento de la tabla periódica, como Neon, Einsteinium y Aluminium.
Durante los meses posteriores a la marcación, los individuos son monitoreados para evaluar su estado de salud tras la colocación del dispositivo, esto se realiza hasta que inician sus viajes hacia las áreas de alimentación.
Cada animal es fotografiado y las imágenes luego son cotejadas con las del catálogo de fotoidentificación que lleva adelante el Instituto de Conservación de Ballenas/Ocean Alliance que contiene más de 5 mil ballenas conocidas, en algunos casos desde 1971. Cruzar la información de las rutas migratorias con las historias de vida de cada ballena permite relacionar sus registros previos con sus movimientos actuales, facilitando la comprensión de cómo ciertos factores, como el estado de salud, el sexo, la edad y la etapa reproductiva podrían influir en sus rutas migratorias.

Diez años siguiendo ballenas

En una década, el proyecto permitió conocer los viajes de 145 ballenas francas australes, incluyendo recorridos inéditos como el de Atenea, que en 2023–2024 cruzó del Atlántico al Pacífico, un hito para el estudio de esta especie.
En la última temporada, los transmisores de Moscovium y Sulfurium alcanzaron 383 y 402 días de transmisión, superando los récords anteriores. Aunque en la temporada 2022-23 Rodocrosita, una ballena conocida desde 1971, envió señal hasta el día 469 posterior a su instrumentación, su transmisor tuvo prolongadas pérdidas de conexión. Este nuevo resultado, demuestra una notable mejora en el funcionamiento de los transmisores desarrollados para este proyecto. La mayor duración permitió conocer, entre otras cosas, que algunas madres no regresan a Península Valdés para el destete de su cría, aunque sí se acercan al continente pasada la migración estival.

Un esfuerzo internacional por la conservación

“Siguiendo Ballenas” es el resultado del trabajo colaborativo entre varias instituciones de Argentina, Brasil, Dinamarca y Estados Unidos: el Laboratorio de Mamíferos Marinos del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-Cenpat-CONICET), el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (CIMAS-CONICET), la Escuela de Ciencias Marinas (ESCiMar) de la Universidad Nacional del Comahue, la Fundación Patagonia Natural, el Instituto Aqualie, el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Cooperative Institute for Climate, Ocean and Ecosystem Studies (CICOES) de la Universidad de Washington, Marine Ecology and Telemetry Research y National Oceanic and Atmospheric Administration de Estados Unidos, el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, University of California Davis – Wildlife Health Center y Wildlife Conservation Society Argentina (WCS), Greenland Institute of Natural Resources de Dinamarca, Wildlife Computers.
La marcación de los animales requiere un acercamiento muy cuidadoso, y en las últimas temporadas esta tarea estuvo a cargo de Federico Arribere, de la empresa Hydrosport.
Desde 2023, el proyecto cuenta con el apoyo del desarrollador y fabricante de transmisores Wildlife Computers. Es financiado principalmente por el Office of Naval Research y el NOAA, y por organizaciones colaboradoras de Argentina, Brasil y EE. UU. Cuenta además con el aval de la Comisión Ballenera Internacional a través del Plan de Manejo y Conservación de la Ballena Franca del Atlántico Sudoccidental, del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Argentina, de las provincias de Chubut y Río Negro, y de la Prefectura Naval Argentina. Recibe aportes de información y fotos de integrantes de la Asociación de Guías Balleneros y la comunidad de Puerto Pirámides, Chubut, y de la Asociación de Prestadores de Servicios Náuticos del Municipio de San Antonio Oeste, Río Negro.
A lo largo de sus travesías las ballenas recorren zonas económicas exclusivas de diferentes países y las aguas internacionales adyacentes. Esta red de colaboración global demuestra el valor de la cooperación para coordinar esfuerzos a nivel regional para su conservación. (Fuente: ICB)

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