Un zoo de Dinamarca propuso alimentar a sus tigres y leones con mascotas donadas


En Aalborg, Dinamarca, un zoológico generó un intenso debate internacional tras promover una propuesta inusual, aceptar la donación de mascotas pequeñas y caballos en sus últimos días para alimentar a sus depredadores. Según el centro, la iniciativa busca respetar la cadena alimentaria incluso en cautiverio y garantizar la nutrición y el bienestar de animales como tigres, leones o aves rapaces.
El proceso consiste en recibir animales que están a punto de morir o que sus dueños no puedan seguir cuidando. Luego, un equipo entrenado les aplica una eutanasia indolora y, posteriormente, los convierte en alimento para los carnívoros del parque. Desde el punto de vista del zoológico, esto evita el desperdicio y permite mantener comportamientos naturales en sus especies.
En el caso de caballos, el centro exige que no hayan recibido tratamientos veterinarios recientes y que sean entregados vivos para ser evaluados y sacrificados por personal especializado. También se aceptan conejos, cobayos y pollos, aunque la disponibilidad para recibirlos varía durante el año.

Reacciones

La propuesta, difundida en redes sociales, desató una ola de reacciones. Para muchos, la medida es insensible y atenta contra el vínculo afectivo entre las personas y sus mascotas, mientras que para otros representa una alternativa pragmática ante los altos costos de alimentar depredadores en zoológicos.
En la actualidad, los zoológicos enfrentan un cambio de paradigma. Más allá de ser espacios recreativos, muchos se enfocan en la conservación de especies amenazadas, la investigación científica y la educación ambiental. Este enfoque busca reemplazar la imagen de simples exhibiciones por la de centros de protección y cuidado animal.
Sin embargo, el desafío es grande. Mantener una dieta adecuada para especies carnívoras implica altos costos y logística compleja, especialmente cuando se intenta replicar sus hábitos naturales. Iniciativas como la de Aalborg surgen en este contexto, aunque su aceptación pública depende de sensibilidades culturales y éticas.
Al mismo tiempo, estas instituciones deben justificar su existencia frente a alternativas como santuarios o reservas naturales abiertas, donde los animales viven en entornos más cercanos a su hábitat original. El equilibrio entre bienestar animal, viabilidad económica y objetivos de conservación es cada vez más difícil de lograr.

Otras formas de hacer ecoturismo

Para quienes buscan disfrutar de la fauna sin entrar en la controversia que generan algunos zoológicos, existen múltiples opciones. Los safaris fotográficos en reservas naturales permiten observar animales en libertad, apoyando al mismo tiempo la economía local y la protección de hábitats.
También crece el turismo de observación de aves, que fomenta el respeto por los ecosistemas y contribuye a la conservación mediante guías y comunidades que promueven prácticas sostenibles. Otra alternativa son las estancias o fincas agroecológicas, donde el visitante participa en actividades rurales y aprende sobre producción responsable y biodiversidad.
El voluntariado ambiental en proyectos de reforestación, rescate de fauna o monitoreo de especies marinas ofrece experiencias inmersivas con un impacto positivo directo. En todos los casos, la premisa es la misma: interactuar con la naturaleza sin alterar su equilibrio, asegurando que las futuras generaciones puedan disfrutarla tanto como nosotros.parece un acto inofensivo, pero detrás de ese gesto hay una consecuencia ecológica: las playas se están vaciando de caparazones, y con ellos, pierden parte de su equilibrio natural.

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