Pesqueras piden ante Nación un proceso de negociación colectiva


Ante la grave crisis que atraviesa el sector de la pesca, las empresas representadas por CAPIP, CAPECA y CEPA, demandan ante la Nación un convocatoria en carácter de urgente a audiencia preliminar con entidad gremiales del sector, específicamente el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y Sindicato Marítimo de Pescadores (SIMAPE) en la actividad congeladora, orientada a iniciar un proceso de negociación colectiva que posibilite la readecuación productiva de la actividad dedicada a la pesca de la especie langostino.

Desde las cámaras advierten que son múltiples los factores que han llevado a la actividad pesquera a la situación actual, y enumeran algunos de ellos:

-Por el lado de la demanda, con la abrupta y sostenida caída de los precios internacionales motivados por los cambios en los hábitos de consumo de los mercados globales y la competencia directa del langostino de cultivo «Vannamei», junto con una caída de las ventas a partir de la aparición de la pandemia;
-En lo que atañe a la participación estatal, el retraso en el tipo de cambio del dólar de exportación, la permanencia de las retenciones a las exportaciones, el incremento de los Derechos Únicos de Extracción (DUE), la existencia de impuestos distorsivos y los excesivos aumentos de las tasas municipales;
-En el ámbito internacional las condiciones financieras internacionales se han vuelto más restrictivas, el costo de los créditos se ha incrementado significativamente generando un entorno de gran incertidumbre mundial, de manera que los riesgos para la estabilidad financiera han aumentado considerablemente. La ralentización de las ventas genero a las empresas un significativo incremento financiero difícil de afrontar; y
-Por último, en lo que respecta a los costos de explotación de las embarcaciones el aumento de los bienes y servicios que demanda el sector, de manera muy superior a la variación del tipo de cambio del dólar exportación por efecto de la aplicación IPC, y en particular el significativo incremento proporcional del costo laboral sobre el valor de exportación del producto pesquero, siendo este el costo de mayor incidencia sobre ventas.

La situación planteada por el sector empresario de la pesca, y en particular de la actividad langostinera, advierte la «necesidad de «redefinir» el negocio pesquero de manera tal que el mismo sea redituable para los todos los participantes, ya sea el Estado, en sus tres dimensiones Nacional, Provincial y Municipal; los Trabajadores que conforman la mano de obra, los proveedores de bienes y servicios, y las Empresas propietarias y armadoras de buques».
La actual situación financiera pone en alerta a todo el sector, y no descartan una paralización de las actividades pesqueras, con un consecuente quebranto masivo de las empresas.

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