El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, confirmó que evalúa el despliegue eventual de unos tres mil soldados, buques de guerra y aviones cerca de la frontera entre Ucrania y Rusia, como así tambiéno en varios países de Europa del Este y las naciones bálticas, en el marco del conflicto que podría profundizarse si Vladimir Putin decide finalmente invadir el vecino país.

La decisión de Biden marcaría un viraje en la política que el país mantenía con respecto a la disputa entre Ucrania y Rusia, y precisamente frente al gobierno de este último país, ya que en principio había trascendido que la OTAN no enviaría tropas y se mantendría al margen del conflicto.

Hasta entonces, Estados Unidos evitaba una confrontación con Moscú, pero el poco progreso en las conversaciones diplomáticas, sumado a distintas acciones intimidatorias de Rusia, constituyeron al país del norte no como mediador, sino como partícipe de la disputa internacional.

El pasado domingo, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió que ejecutarían una respuesta “ágil y severa” en caso de que “una sola fuerza adicional rusa” entrara en territorio ucraniano de forma agresiva.