Al ritmo de la abstinencia

Por Trivia Demir

La semana cierra con rispideces en casi todos los frentes políticos internos, porque se avecinan los tiempos de mostrar `uña de guitarrero´ y la mayoría está en `veremos…´ Como plantada de bandera, y en el marco del 4to foro patagónico, la oposición peronista comenzó a lanzar sus dardos desde Ushuaia, bien lejos del poder central, como para ir negociando antes que llegue la sangre al río de la Plata, por donde sale y entra la argentinidad al palo. En el Fin del Mundo intendentes y legisladores opositores bramaron por frenar el presupuesto 2019 que el Gobierno quiere aprobar el 24 en Diputados y sancionar a mediados de noviembre en el Senado.
Fue casi un grito de guerra repetido por diputados y senadores nacionales, intendentes de la zona y hasta de Alberto Rodríguez Saá, gobernador de San Luis, que venía de reunirse con su par fueguina Rosana Bertone, en una escala de su «Hay 2019», la consigna que lanzó para fomentar la unidad del peronismo contra Mauricio Macri.
«Rogelio Frigerio me dijo que el presupuesto era un acuerdo histórico con el FMI. Se trabaja sobre el déficit y se recortan 600 mil millones sobre los más vulnerables, las universidades, la salud y la educación y se pagan 700 mil millones de deuda. Devolvámoselo y que haga otro para los argentinos», sugirió Rodríguez Saá desde la cabecera del salón principal del coqueto Hotel Las Hayas, ubicado en las montañas de la ciudad más austral del planeta.
Después, el puntano bajó línea electoral. «Hay que armar un frente patriótico que defina candidatos en internas. Nuestro único límite es Macri», afirmó. Junto a él estaban los vicegobernadores de Santa Cruz, Pablo González y de Tierra del Fuego, Juan Carlos Arcando; el intendente local Walter Vuoto y el diputado Matías Rodríguez, kirchneristas de paladar negro.
El PJ Chubut, a la par después de la primer cumbrecita, preveía que este lunes 8 se de la próxima reunión partidaria más ampliada, pero no sólo ya había disenso sino que afloraban contradicciones evidentes. Gustavo Mac Karthy salió durante la semana a traccionar para que se produzca la amnistía necesaria para que todos puedan participar, tal como lo hizo el PJ Nacional, pero había resistencias evidentes y ya cada cual atiende su juego. De hecho, Ricardo sastre este fin de semana se anticipaba a esa reunión con una `previa´con Linares en Comodoro.

Arcioni prefiere el clima cálido

Mientras esto sucedía en los confines helados de nuestra Patagonia, el Gobernador de Chubut, Mariano Arcioni se reservó y no participó del cónclave en Ushuaia. No porque le pese ser `oposición´ declarada precisamente ya que esta semana ya se la mandó y dijo que el próximo presidente será Sergio Massa, con lo cual dicen que en la Rosada lo están esperando para cuando vaya a pedir auxilio, obras o beneficios para Chubut, se redirija tranquilo nomás hacia el futuro que está a pocos meses nomás, y espere un rato sentado que Massa lo asista.
Más allá de que tiene poco que compartir con el PJ, el chubutano podría haberse mostrado interesado en su carácter de Gobernador por los dilemas de los sureños que se discutieron en ese mitin en Tierra del Fuego. Pero es evidente que ni el apresuramiento discursivo de definir su predilección electoral a 2019, ni el faltazo en Ushuaia tienen que ver con improvisaciones, sino más bien con una necesidad de visualizarse claramente como candidato, y priorizar campaña sobre gestión. La primavera petrolera, el aumento del dólar y el colchón del superávit le darían espalda para hacerlo. Por eso eligiendo clima más benigno, hoy está previsto que se encuentre en Salta con el gobernador Juan Manuel Urtubey, para devolverle la visita protocolar en lo formal, pero sobre todo para seguir tejiendo la “Alternativa Federal” que los une. Este frente aunque no parezca, viene engordando de apoco. Este viernes el gobernador chaqueño Domingo Peppo cerró filas también con Urtubey en formato `acuerdo social para contener la primera infancia´. Todos buenos deseos vinculados a la gente que en el fondo permiten tejer campaña con gestión.

Desparramo interno en Cambiemos

Entre tanto, en el corazón palaciego del poder, hay tormentas eléctricas todos los días, pero se tratan de contener con el mayor glamour posible. Y aunque nadie quiere hablar públicamente de elecciones, el PRO trabaja bajo el presupuesto de que el año que viene podría duplicar la cantidad de gobernaciones que actualmente gestiona Cambiemos, es decir, pasar de las cinco que hoy conduce a 10, incluso a 12. El cálculo está realizado en función del resultado de las legislativas, cuando obtuvo victorias en 12 distritos, y perdió por décimas en otros cuatro. Vale recordar que Cambiemos ganó en octubre pasado donde gobierna (provincia de Buenos Aires, CABA, Mendoza, Jujuy y Corrientes) y en Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Salta, Santa Cruz y Santa Fe. Y perdió por pocos votos en Chubut, La Pampa, La Rioja y Tierra del Fuego.
Es verdad que ha cambiado mucho el escenario y hay disgusto social. Para eso el equipo de Peña se desvela para recapturar el alma de la clase media con marketing pero también con medidas que a pocos meses de la definición electoral, permita la reflexión `mejor esto que lo otro´. Dicen que pese a todo, la imagen del Presidente se mantiene alta en el interior del país y es probable que así continúe el año próximo. Por eso, los gobernadores peronistas -los que perdieron pero también los que ganaron- muy probablemente buscarán desdoblar las elecciones provinciales para evitar que la boleta nacional de Cambiemos traccione a sus candidatos locales.
«Duplicar las victorias provinciales es un cálculo moderado, no optimista, diría que es el piso de lo que esperamos», se confió un hombre de la mesa chica de la estrategia electoral nacional del PRO. Al tiempo que enumeró las prioridades 2019 para el oficialismo: primero: garantizar la reelección de Mauricio Macri; segundo: alcanzar la mayoría parlamentaria en la Cámara de Diputados y mejorar la representación en la Cámara de Senadores; tercero: ganar la mayor cantidad de provincias posibles, y cuarto: ganar la mayor cantidad de intendencias del conurbano posibles.
Por cierto, no se trata de una estrategia muy distinta a la que tuvo el PRO en 2015, cuando sorprendió con una victoria que no estaba en los planes de la política tradicional. La prioridad, por entonces, también era llegar a la Presidencia, y las estrategias locales se acomodaban a ese objetivo central, para disgusto de muchos jefes distritales, que se quejaban porque no tuvieron el respaldo suficiente para las elecciones. En Chubut, aunque no lo oficializó aún, Daniel Laudonio ya empezó a caminar la Provincia, y ya van dos finde de semana que junto a un grupo de `fieles´ el “Correcaminos” se moviliza hasta la Cordillera, pasando por cada pueblito del interior, no a timbrear, pero por lo menos a golpear las manos y decir `presente´ en nombre del PRO Chubut.

El internismo a full

Pero en Cambiemos, como en el peronismo, la abundancia de egos y de jugadas individuales sobresaturan. Esta semana la verborrágica y poderosa diputada Elisa Carrió ratificó su intención de iniciar un juicio político contra el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, por sus declaraciones sobre el eventual desafuero y detención de la ex presidenta Cristina Kirchner. Carrió lanzó sus dardos contra Garavano y redobló la apuesta nada menos que con una carta abierta dirigida al presidente Mauricio Macri, publicada ayer en Facebook bajo el título “No volvamos al pasado, señor Presidente”. Garavano le respondió a los pocos minutos, negó que haya un “entredicho” entre ellos y afirmó que daría las explicaciones que la diputada crea necesarias en el Congreso.
Carrió desmintió que su decisión de enjuiciar a Garavano haya sido un arrebato de ira y cuestionó “la falta de apoyo del vocero del radicalismo”. “La República está sumamente herida por un sector del gobierno que por conveniencia política no desean verdad, justicia y condena. Esto no es negociable. Ni la República. Ni la impunidad. El Presidente lo sabe desde enero del 2015. No volvamos al pasado Sr. Presidente” puntualizó en la misiva que avivó más el fuego en la interna oficialista.
Como para aportar al entrevero, a la par salió Raúl Alfonsín con un titular ardiente: “El radicalismo no es parte del Gobierno”. Lo dijo tras arremeter contra la líder de la Coalición Cívica- ARI, Elisa Carrió, lanzando también munición gruesa contra la dirigencia de la Unión Cívica Radical y el mismo gobierno de Mauricio Macri. Es que, el exdiputado nacional mantiene firme su postura de rechazo a la gestión nacional de Cambiemos y cuestiona el seguimiento del radicalismo dentro de una alianza en la que él considera que no tiene poder y están pintados.
No se privó de dejar en evidencia el nulo peso que posee el partido centenario, a la par que sentenció que “hay radicales más macristas que Macri”. “Yo no me siento parte del Gobierno”, reforzó el dirigente bonaerense y cuestionó a sus correligionarios: “habría que preguntarles a los dirigentes de la UCR porqué de golpe dejaron de creer en cosas que creían hasta 2015”.
Los correligionarios de Chubut a la par, aun no parecen haberse sobrepuesto del sainete que protagonizaron los radicales madrynense en su pelea por el comité y otras minucias porque poco ruido hubo en la semana. Aunque se habla de que Gustavo Menna está cada vez más decidió a replegarse en Comodoro si no consigue financistas que le permitan una campaña decorosa y le garanticen el triunfo, y un acuerdo de convivencia que le permita dormir tranquilo de lo que sería el día después en Fontana 50, de ganar en 2019. Es que el avispero radical es un hervidero después de quince años fuera del poder gracias a la urna 303 que todavía no habría devuelto el `amigo´ Cambareri. Ahora con una alternativa clara en puerta, la mayoría de los `boinas blancas´ chubutanos, no están dispuestos a correrse del escenario. Dicen que el dato clave de lo que podría pasar se dará el 2 de diciembre próximo, cuando vayan a la interna los `tres mosqueteros´: Menna, Cimadevilla, Heredia (ya que Lorenzo se bajo). En fin, así las cosas y pese a que todos los indicadores económicos y sociales suelen doler mucho más los fines de semanas, los referentes se abstraen de los pesares del presente y piensan en el futuro, propio, por supuesto. Porque como dijera Giulio Andreotti, “No desgasta el poder; lo que desgasta es no tenerlo”.

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