Ya se confirmaron 58 casos de coqueluche en Ushuaia

Hasta el momento, en la ciudad de Ushuaia en Tierra del Fuego, se registraron 58 casos confirmados de coqueluche de 135 sospechosos y más de 700 contactos estrechos en la capital fueguina. El último caso notificado tiene fecha de inicio de síntomas el 3 de octubre y, por el momento, se lograron identificar tres cadenas de transmisión. La mayoría de los casos se concentra en adultos, seguidos por niños de 5 a 9 años y, en menor medida, en los grupos de 15 a 19 y de 2 a 4 años.
Ante este brote, el Ministerio de Salud de la Nación acompaña a los equipos técnicos de la jurisdicción en el seguimiento de la estrategia de bloqueo, el monitoreo de la situación epidemiológica y la provisión de insumos para profilaxis. La estrategia nacional busca reforzar el trabajo realizado por la provincia para facilitar la detección oportuna, limitar la propagación de la enfermedad y proteger a la población afectada.
Qué es el coqueluche
El coqueluche, también conocido como tos ferina o tos convulsa, es una enfermedad infecciosa aguda sumamente contagiosa de las vías respiratorias altas causada por la bacteria gramnegativa Bordetella pertussis. Se caracteriza por inflamación traqueobronquial y accesos típicos de tos violenta y espasmódica con sensación de asfixia que terminan con un ruido estridente durante la inspiración.
La aparición de la tos ferina es posible a cualquier edad, pero los más afectados son los niños menores de cinco años. La infección se difunde durante la primavera y el verano. Si bien en los países desarrollados la incidencia de esta enfermedad es muy baja gracias a la vacunación, en todo el mundo hay entre 30 y 50 millones de casos de tos ferina y más de 300 000 muertes anuales.
Estrategia sanitaria
Como parte de la estrategia de respuesta rápida y focalizada, los equipos técnicos nacionales acompañan a las áreas de epidemiología, laboratorio y atención primaria de la provincia en el rastreo de contactos estrechos, la administración de profilaxis post-exposición (PPE) y la asistencia directa a las personas con síntomas con el objetivo de limitar la propagación de la enfermedad en la comunidad. En este marco, se trabajó también en una nueva definición de caso y la cartera sanitaria nacional envió 500 tratamientos de azitromicina suspensión (200 mg/5 ml), destinados al abordaje terapéutico y preventivo de los casos y contactos estrechos.
Paralelamente, se intensificó la vacunación en los grupos priorizados. El Ministerio de Salud de la Nación distribuyó 300 dosis de vacuna séxtuple para implementar un esquema acelerado de inmunización en recién nacidos que permita que los bebés cuenten con las tres dosis iniciales a los tres meses y medio y se apliquen dos refuerzos a los 6 meses y a los 5 años. Para su puesta en práctica, los equipos de neonatología trabajan en la sensibilización de las familias durante los controles de salud y los equipos locales realizan seguimiento telefónico para promover la vacunación oportuna.
Teniendo en cuenta que las cadenas de transmisión se originaron en establecimientos educativos, se decidió reforzar la vacunación en los docentes de nivel inicial, indicando una dosis de refuerzo a quienes no la hayan recibido en los últimos 10 años. Con el mismo criterio, se ha comenzado a vacunar también al personal de salud con refuerzo a los 10 años o a los 5 en los profesionales que atienden a menores de 12 meses). Esta estrategia continúa en curso y constituye uno de los componentes más consolidados de la estrategia.