EN EL ESTADIO VÉLEZ SARSFIELD

Marc Anthony: buena salsa cocinada al son del romanticismo

El puertorriqueño nacido en Nueva York ofreció una memorable velada a sus fans locales, en el concierto que protagonizó en el marco de su gira «Viviendo Tour», con buenas dosis de carisma y sus muchas cualidades vocales en primer plano.

Un buen cocktail de ritmos latinos abordados desde el bailable pulso de la salsa y sencillas líricas de tintes románticos fue la eficiente fórmula que le permitió a Marc Anthony ofrecer la noche del jueves una memorable velada a sus fans locales, en el concierto que protagonizó en el estadio Vélez Sarsfield, en el marco de su gira «Viviendo Tour».

El puertorriqueño nacido en Nueva York no cambió demasiado su show desde su última presentación en nuestro país, en agosto de 2022 en el Movistar Arena; e incluso, confiado en las virtudes propias, optó por no sacar provecho de las mayores dimensiones del escenario y el marco para enriquecer la puesta.

A juzgar por la performance del intérprete y por la naturalidad de la numerosa banda para moverse con solvencia por los ritmos latinos, la apuesta por el plano musical fue acertada porque permitió darle relevancia a lo artístico.

En ese sentido, no hubo pirotecnia, no se apeló a las gráficas o los videos como recurso para darle continuidad al espectáculo en pequeños descansos de la banda, ni se buscó impacto en lo lumínico.

Tal vez se notaron algunos baches entre canción y canción, cierta falta de agilidad; pero el goce que produjo la buena salsa desplegada por la banda y la soberbia actuación de Marc Anthony pudieron tener su merecido protagonismo y fueron los absolutos responsables de que el show se presentara como un permanente disfrute.

Allí, el combo de 17 músicos, con predominio de percusionistas y vientistas, se mostró monolítico desde los terrenos más seguros y fue preciso en los matices estilísticos con los que combinó a la salsa.

Sin perder ese pulso, la banda no titubeó cuando coqueteó con el bolero y la bachata, ni cuando se mimetizó en una orquesta al servicio de un cantante romántico latino, o cuando miró de reojo al chachacha o la rumba.

Tal vez el mayor ejemplo de esta versatilidad apareció en «Hasta ayer», que partió como una canción romántica, hacia la mitad copó la escena una guitarra con distorsión rockera y el crescendo de la percusión convirtieron por un momento el tema en una jam «santanesca». Todas las palmas fueron allí para el guitarrista argentino Mario Guini, quien inequívocamente lucía una camiseta de la Selección Argentina de Fútbol.

En ese marco, todo el brillo fue entonces para el protagonista, quien aplicó buenas dosis de carisma y puso en primer plano sus muchas cualidades vocales y sus aptitudes interpretativas.

Marc Anthony fue un salsero de ley cuando lo requirió el show, se puso dramático en cada canción con aires de bolero, y tomó forma pop cuando fue el turno del cantante latino. Todo eso fue posible, por supuesto, por su inmensa voz y sus dotes performáticos.

El arranque híper salsero en ritmo y concepto lírico de «Pa´lla voy»; el medley romántico con «Abrazame muy fuerte», «Almohada» y «¿Y cómo es él?, de José Luis Perales; y las pegadizas «Valió la pena» y «Y hubo alguien», son algunos claros ejemplos de ello.

En tanto, su cover de «Hasta que te conocí» de Juan Gabriel impactó por el enorme caudal vocal desplegado por Anthony. El piano fue la otra gran estrella en este pasaje del concierto.

«Buenas noches. ¡Qué rico estar aquí con ustedes!», fue una de las pocas palabras que el artista le dedicó al público, debido a que prefirió la conexión a través de arengas durante las canciones o invitaciones a cantar los coros.

Temas como «Flor pálida» y «Volando entre tus brazos» mantuvieron la tónica romántica, mientras que cuando llegó el momento de levantar el pulso, «¿Qué precio tiene el cielo?» fue una buena opción.

Los matices estilísticos no encontraron sin embargo buena compañía en las líricas, que no se movieron de la temática romántica. Entre sensaciones de amor y de desamor, la salsa de Marc Anthony elude el relato costumbrista que caracteriza a una rama del género. Incluso, en este setlist, salvo «Pa´ lla voy», tampoco se apela a la épica del compromiso del artista con los momentos y espacios de celebración.

En contraposición, la concentración temática en cuestiones del corazón le permite al artista también delinear un perfil en el que la seducción juega un rol central. De eso sacó partido el boricua la noche del jueves.

El concierto comenzó a cerrar su círculo con «Mala» y «Parecen viernes», las únicas dos interpretaciones que fueron acompañadas por sus correspondientes videoclips en las pantallas de fondo.

Obviamente que aún quedaba lugar para los bises, que abrieron con «Tu amor me hace bien», la cual fue coronada por una larguísima ovación del público que colmó el estadio. Finalmente, «Vivir mi vida» bajó el telón de este paso argentino del «Viviendo Tour».

Más allá de los distintos nombres de las giras, lo cierto es que Marc Anthony tuvo dos oportunidades en poco más de un año de mostrar su disco «Pa´ lla voy» en nuestro país, un privilegio con el que no muchos contaron. Sobre todo, ahora que el tiempo ha pasado, acumula décadas de trayectoria y ya ha logrado establecerse como uno de los más grandes exponentes de la salsa neoyorkina de las últimas generaciones.

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