TEMPORADA DE BALLENAS

Por estos 5 motivos, el avistaje de ballenas es mejor en días de lluvia

Apenas caen las primeras gotas en Puerto Pirámides, las expresiones en algunos rostros van desde la decepción a la desolación. “De todos los días que podía llover, ¿se larga justo cuando vengo a ver a las ballenas?”, pregunta un muchacho de unos treinta años a su novia al bajar del minibús que los trajo desde Madryn. Un tipo de barba, con pinta de ser del pueblo, que justo pasaba a su lado lo escucha y le contesta: “Te tocó el mejor día para hacer la excursión”.

Para todos aquellos que están pensando en visitar Chubut para ver en primera persona el imperdible espectáculo de los cetáceos en el Golfo Nuevo, El Diario Web fue hasta Pirámides con ropa impermeable para descubrir los 5 motivos por los que los días de lluvia son los mejores para avistar ballenas. Alerta spoiler: el tipo de barba tenía razón.

1. Cuando llueve, la temperatura se templa

Tal vez algún meteorólogo pueda explicarlo desde un punto de vista científico, pero esto es puro conocimiento empírico. Cuando la embarcación se detiene para el avistaje, luego de haberse adentrado en el Golfo, la sensación general es de disfrute. No se siente nada de frío, a pesar de que el invierno empezó hace tres días y son las diez de la mañana. El guía sugiere hablar en voz baja, señala una dirección y todos viran sus miradas y cámaras hacia la primera ballena que se acerca a saludar.

2. Los colores del paisaje se vuelven increíbles

Hay algo distinto en los días de lluvia: todo tiene otra tonalidad. Ernesto Ricci, capitán del buque, asiente. “Una de las características más lindas de la lluvia es la de los colores que nos da la naturaleza. El contacto del agua con la naturaleza es muy particular. Las bardas y toda la costa se mojan y ahí aparecen los distintos tonos de verde”, describe mientras señala con su mano. Las fotos de ballenas en días grises son especialmente hermosas.

3. La gran mayoría de las embarcaciones tiene techo

Al zarpar, aquellos que viajan con niños buscan resguardo y allí se mantienen durante un buen rato. Es que en Puerto Pirámides existen seis empresas que se dedican a prestar el servicio de avistaje de ballenas, lo que marca que ya hay una vasta experiencia en el desarrollo de la actividad. Este bagaje les permitió advertir la importancia de tener buques techados. Sin embargo, al ver de cerca a las primeras ballenas, los más chiquitos del viaje se olvidan de la lluvia y se asoman a las barandas de la mano de los adultos.

4. Calma el viento

No hay ningún meteorólogo a bordo este buque, por lo que hay que volver a recurrir a Ernesto, el capitán, para saber si es una percepción antojadiza, una coincidencia azarosa o, efectivamente, un dato cierto. “Una cosa interesante cuando llueve es que se detiene el viento. Cuando hay lluvia, el mar se pone más lindo tanto en temperatura como en intensidad de viento”, confirma. El mandamás de la embarcación agrega que el único motivo por el cual un avistaje se puede cancelar es el viento. “Eso, por cuestiones de seguridad, lo determina Prefectura Naval Argentina”, detalla.

5. El servicio incluye capas impermeables para los pasajeros

Cada prestador turístico cuenta con dos percheros: uno para los chalecos salvavidas y otro para los disfraces de Minion. Sí, puede ser que todos arriba de este barquito se parezcan durante un rato a los personajes amarillos de la película Mi Villano Favorito, pero de una cosa se puede estar seguro: van a volver a pisar tierra firme habiendo visto uno de los mejores espectáculos naturales del mundo y secos, como si no hubiera llovido.

Cuando Ernesto avisa que ya es tiempo de pegar la vuelta, el muchacho mira a su novia y confirma la teoría de que todos volvemos a sentirnos un poco niños cuando vemos ballenas: hace un disimulado “pucherito”. A juzgar por la sonrisa que lleva en el viaje de regreso a la costa, se hubiera quedado dos horas más a bordo. La lluvia había parado en algún momento de la excursión, pero nadie pareció notarlo.

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