POLÍTICA

En la cancha se ven los pingos


Por Karina Cecuk

Una frase que hemos escuchado e incluso repetido un sinnúmero de veces (siempre y cuando hayas nacido en el siglo pasado). “Los pingos se ven en la cancha” es una frase propia del lenguaje campero y hace alusión al desenvolvimiento de los caballos (pingos) en las carreras cuadreras.
Cuando usamos esta expresión con personas, implica que se les juzga por sus actos. Dicho esto, vamos al meollo del asunto que nos convoca, que no son las carreras de caballos sino la sesión legislativa de la que seremos testigos este lunes en la Cámara de Diputados de la Nación.

El jueves último, el oficialismo obtuvo dictamen de la nueva ley de Bases gracias al acompañamiento de la denominada “oposición dialoguista”, y el proyecto será debatido este lunes en el recinto de la Cámara Baja.

Dialoguistas y libertarios cambiaron borradores hasta último minuto. El texto se negoció durante semanas. El ministro del Interior, Guillermo Francos ha sido una pieza clave en estas negociaciones, particularmente a la hora de acercar posiciones con los gobernadores, pero este “alfil” tiene una ardua tarea por delante, dado que su “rey” resulta un tanto indisciplinado y pone permanentemente en jaque las relaciones con las provincias.

Por estas horas el Gobierno entiende que la media sanción en Diputados estaría asegurada en general, pero una vez más las dudas surgen al momento de votar en particular, puesto que a pesar de haber logrado dictamen de mayoría, algunos puntos siguen generando debate, por caso la delegación de facultades y el paquete fiscal.

A pesar de las muchas concesiones que hizo el oficialismo para lograr el proyecto que finalmente llegará al recinto este lunes, las negociaciones siguen abiertas en torno a temas sensibles como Ganancias o el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).

Ocurre que con los votos del oficialismo y del PRO, más algunos aliados como el MID, o las huestes del tucumano Osvaldo Jaldo, al Gobierno no le alcanza para lograr el objetivo y es en este punto donde los votos del radicalismo se vuelven clave.

La UCR, fiel a su estilo, tiene sus propias internas, y si bien han tenido participación activa en el texto definitivo del proyecto, sus intervenciones no tuvieron toda la consideración que se esperaba, y esto será crucial al momento de votar la nueva ley de Bases.

Situación similar es la del bloque Hacemos Coalición Federal que tuvo un pronunciado acercamiento al oficialismo desde que se presentó el texto remozado de la ley. De hecho, el líder de este variopinto bloque, Miguel Ángel Pichetto, ha hecho gala de sus talentos y fue uno de los referentes de la oposición que más diálogo obtuvo con el oficialismo. Quizá Pichetto sea quien mejor interpreta a Guillermo Francos, entendiendo la difícil tarea del ministro que se sienta a negociar, mientras el Presidente espeta toda clase de improperios a la oposición.

Así las cosas, el proyecto de la acotada, remozada, aggiornada y “consensuada” ley de Bases, llega este lunes al recinto un tanto más consolidada que su versión anterior, sin embargo, el oficialismo no puede relajarse ya que una vez más, -cómo venimos sosteniendo en esta columna- el poder finalmente está en los gobernadores. Más allá de los colores partidarios, los votos de los diputados de la Patagonia y del Norte serán cruciales.

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