MISTERIOS DE LA CIENCIA

Hallan los restos del Challenger 36 años después de su explosión

Treinta y seis años después de su explosión en pleno despegue, un equipo de buzos que buscaban restos de un avión perdido en el Triángulo de las Bermudas descubrieron una parte del Challenguer, el transbordador espacial accidentado en 1986. Ese año, esta nave explotó unas decenas de segundos después de despegar en Florida, provocando la muerte de los siete tripulantes, entre ellos la profesora Christa McAuliffe.
El segmento, notablemente conservado en el fondo del Atlántico, es una de las piezas más grandes halladas tras esta tragedia que marcó la historia espacial, confirmó la NASA.
En las imágenes de su descubrimiento, dos buzos rodeados de peces revelan las emblemáticas tejas de protección térmica del transbordador debajo de la arena. Estos pequeños cuadrados negros cubrían toda la parte inferior de la nave, para permitirle soportar el calor infernal durante su regreso a la atmósfera.
Uno de los dos buzos, Mike Barnette, aseguró a la agencia AFP que experimentó una verdadera «montaña rusa emocional» cuando se dio cuenta de lo que estaba tocando. «Cuando lo encontramos, fueron muchas emociones diferentes», recuerda este biólogo marino, cuya afición es explorar los restos de naufragios en el fondo del agua. «Estoy acostumbrado a bucear entre restos de naufragios que tienen decenas o incluso cientos de años, ¡pero no un hito del programa espacial!»
«Rápidamente me di cuenta de que era algo que había vivido. Cuando sucedió (el accidente), recuerdo exactamente dónde estaba, viéndolo en vivo por televisión», dijo. Después de su inmersión, enseñó las imágenes tomadas a un amigo astronauta, quien le confirmó su descubrimiento.

Confirmación de la NASA

Unos meses después, la NASA confirmó que efectivamente se trataba del transbordador Challenger. «Estaban asombrados por el tamaño de la pieza», aseguró. «La parte visible es de unos 4,5 metros por 4,5. Pero la pieza se extiende bajo la arena, enterrada, y no sabemos por el momento su tamaño total. Es uno de los más grandes jamás encontrados», dijo a AFP Mike Ciannilli, empleado de la NASA durante más de 25 años, principalmente en el programa del transbordador espacial.
«Definitivamente pertenece a la parte inferior del Challenger, pero es difícil saber qué parte del barco exactamente», afirmó Ciannilli. Según él, el análisis de esta pieza a priori no aportará nada nuevo a la investigación del propio accidente, del que «jamás olvidará» lo visto cuando era muy joven. De hecho, las causas de la tragedia ya están bien establecidas (las articulaciones se congelaron durante la noche anterior). Pero sobre todo, subraya, la memoria de Challenger debe ayudar a revivir las «lecciones aprendidas de esta misión».
Tras el accidente, el 28 de enero de 1986, se realizaron amplios operativos para encontrar piezas del buque. Diez años después, habían reaparecido dos nuevos en una playa, después de una tormenta. Estos fueron los últimos encontrados hasta el momento. Solo una pieza está en exhibición en un monumento abierto al público en el Centro Espacial Kennedy, Florida.

Documental

La primavera pasada, los dos buzos buscaban en realidad un avión que data de la Segunda Guerra Mundial, para un documental sobre las desapariciones en el triángulo de las Bermudas.
El primer episodio, que se emitirá en History Channel el 22 de noviembre, finalmente tendrá una nave espacial como protagonista. «Eso es lo que me encanta de estas aventuras, vas en busca de algo y te encuentras con un misterio completamente diferente», afirmó Mike Barnette.
Explicó que eligió los sitios explorados gracias a la información de los pescadores, quienes adivinan dónde están los restos en el fondo del agua porque atraen a los peces. El sitio en cuestión está ligeramente al oeste del Triángulo de las Bermudas, no dentro de él, pero estaba en la trayectoria de vuelo de la aeronave buscada.

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