El Senado aprobó el consenso fiscal entre la Nación y las provincias firmado en diciembre, que les permite a los gobernadores retocar los impuestos locales, pero los obliga a controlar el gasto. El proyecto fue aprobado con 45 votos a favor y 15 en contra. Juntos por el Cambio votó dividido. El PRO lo rechazó y los radicales se partieron entre aprobación, abstenciones y rechazos.
La iniciativa resulta en una herramienta a la que podría apelar el ministro Sergio Massa, para exigir disciplina fiscal, y de ese modo incluso recortar transferencias a las provincias del próximo presupuesto nacional, so pretexto del control del gasto.
De hecho, el pacto fiscal fue el documento que el ministro de Transporte Alexis Guerrera utilizó para no aumentar los subsidios al transporte que reclaman los gobernadores.