El camino es el andar

Por Trivia Demir

El Gobernador de Chubut está afrontando una crisis que como buen profesional avenido del sector privado, quiere superar desde lo económico y achaca a lo político. El peor de los errores partiendo de su rol institucional que dicho sea de paso es absolutamente político. Pero un razonamiento comprensible, entendido desde la preocupación del sector privado con el que comulga él y sus asesores más directos, y que evidentemente -como experimentados gerentes-, ven en la política el más filoso de los cortapapeles a mano.
El tema es que a la par, el Estado está literalmente parado, con la mitad de la sociedad desconcertada y la otra mitad desesperada. Tal como lo reconoció el propio ministro Coordinador: “Con el Estado parado (sic) y todo, tuvimos más de $700 millones de déficit”, dijo la semana pasada al referirse a cómo cerró la administración pública de Chubut el mes de marzo.
Mammarelli es uno de los convencidos de que para conseguir respuestas, hay que cambiar la preguntas; y para resolver el conflicto económico, hay que desgastar la política. Una resolución absolutamente opuesta al convencimiento de toda la dirigencia chubutana que entiende que para conseguir guita, hay que mostrar gestión; y para mostrar gestión, hay que ejercer el poder político.
El tema es que de continuar esta gran encrucijada dialéctica, de huevo o de gallina, de economía o política, de Chubut para todos o para ninguno, el costo de remontar el desgobierno será muy superior a los próximos ocho años venideros, tiempos que para una gran mayoría de nosotros es gran parte de nuestras vidas. Por lo que mal que pese, la intromisión de la opinión pública irá cada vez pensando más. Por esto de que siempre la garantía de evitar mas debacles, está en la participación, creemos.

Las piedras cimentan

Dicen tipos como Adorno que en tren de pensar, la pensó bastante mejor que los asesores de nuestro pequeño reino, que una `formulación dialéctica cerrada atenta contra la tradición´ refiriéndose a otros pensadores para quienes el resultado del movimiento de contraposición era la afirmación de algo, mientras que lo que él pretendía era `subrayar el carácter inconcluso de cualquier momento del movimiento de contraposición, tanto a nivel social como cultural´. Casi como si hubiera analizado la lógica arcionista que elabora certezas de probabilidades, desestimando (y subestimando) la dinámica social, cultural y política en la que debería surfear cualquier política pública que se precie.
También dicen grosos como Heráclito que `la contradicción no paraliza, sino dinamiza´. Porque la dialéctica es el discurso en el que se contrapone una determinada concepción o tradición, entendida como `tesis´, y la muestra de los problemas y contradicciones, entendida como `antítesis´. De esta confrontación surge, en un tercer momento llamado `síntesis´, una resolución o una nueva comprensión del problema. Todo esto, puede sonar a muy filosófico, pero es el ABC de la práctica política, que en gaucho denominamos “rosca”. Sin rosca no hay frasco, ni gobierno que pueda contener nada.
Por eso, no lo dice Heráclito, pero lo dicen muchos contemporáneos en casi todas las mesas de café: la mayor crisis que enfrenta el Gobierno de Chubut hoy, es absolutamente política.

Cuidado, banquina resbaladiza

Una mirada sintetizadora aunque tal vez simplista, razona que Arcioni fue compañero de fórmula de Das Neves representando a sectores económicos, no populares. No tenía “tropa” ni militancia propia, excepto la que le suman esos sectores a partir de los gremios afines. No fueron pocos los que se preguntaban, quién era, a quien representaba y qué votos le sumaba el comodorense a don Mario, cuando apareció en escena allá por 2015. Y de hecho se enfocó en ese rol su participación como vice y su posterior lanzamiento a la diputación nacional. Ni hablar durante la campaña a la diputación que ganó, donde el único orador proselitista y por supuesto del triunfo, fue el propio Das Neves. Arcioni fue siempre un ejemplar `acompañante´. Bien visto, elegante, refinado y respetado profesional experto en `dar fe´. Sobreentendidamente los votantes vieron en el escribano, un elemento mas que interesante para ser representados en el Congreso de la Nación, y hacer lobby económico y político en beneficio de Chubut. Por eso, a partir de su asunción, cambiando unilateralmente los planes, desoyendo el mandato popular al convertirse en un candidato ganador pero al fin y al cabo `testimonial´; no sólo perdió el apoyo del propio partido que representa, sino gran parte de la confianza pública.

Una tesis dolorosa

No es difícil entender que el porcentaje que votó a Cambiemos y al PJ no eran sus amigos, y si encima desoyó el mandato de sus propios, poco margen de simpatías y poder queda para contar.
A esta crisis de representación propia, que le implicó no pocas deserciones de ministros y otros colaboradores, se le sumó la pulverización del sello CHuSoTo en varios trozos, no sólo con la partida del líder natural, sino con la oleada de denuncias que siguen espumando en las costas mismas de Fontana 50. Así las cosas, Arcioni representa para los propios casi una conducción `intevencionista´. De hecho hay evidencias que algo no está absolutamente bien porque de la plana política tiene a un buen porcentaje renunciado de hecho o de intención; a otro buen porcentaje detenidos, demorados, observados o quietos por las dudas; y además él mismo figuraría en listas de abonados por `caja chica´, más allá que considere estas menciones como burdas `patrañas´ y las haya intentado aclarar, tal como se esperaba.
Todo esto institucionalmente es un combo demasiado desautorizante para cualquier regente que se precie, para razonarlo en términos de liceo.
No es de extrañar entonces que la mentada `crisis´ no se asienta solamente en formas diferentes de encarar la coyuntura. La cosa, es evidentemente mucho más profunda, dinámica y compleja de lo que alcanzan a interpretar los principales actores.

La dialéctica de la foto

El manual básico de la dialéctica dice que es `la teoría y técnica retórica de dialogar y discutir para descubrir la verdad mediante la exposición y confrontación de razonamientos y argumentaciones contrarios entre sí´. Debatir es el primer paso para avanzar en esta crisis. Sin embargo, hasta ahora, para Arcioni como para sus asesores dilectos, el diálogo que proponen se da en términos eufónicos, o no se da nada. Además las mesas de diálogo suelen ser de exposiciones, y las exposiciones suelen ser verdaderos sofismos. Más que claro quedó todo esto en aquella presentación del famoso “Acuerdo Ciudadano” presentado el 11 de diciembre del año pasado, que resultó que no se había acordado con nadie. Ni siquiera con sus propios ministros que se desayunaron de los términos en el mismísimo acto.
No es la primera reunión que consideran los protagonistas invitados, termina siendo “para la foto”. Pasó en noviembre pasado cuando juntó a todos los ex gobernadores, menos Martín Buzzi. Pasó unos meses después cuando sentó a su lado a los intendentes. Pasó con la reunión con los sindicatos estatales. Y pasó un poco ayer con la mesa tendida a los partidos políticos y legisladores, donde no estuvo representado el PJ. La coincidencia generalizada hacia el cierre de edición fue por parte de los referentes que fueron con expectativas, pero no lograron ninguna conclusión en limpio, ni tampoco escucharon un plan. Sólo catarsis, y casi unilateral.

“Basta de estampitas”

Mucho más duro estuvo el Partido Justicialista, que está implosionado, pero aún `no come vidrio´. Fue Ricardo Muttio, el presidente del partido, el único interlocutor que salió a explicar el faltazo, aclarando que ninguna de las líneas internas contradijo la decisión orgánica de “no prestarse para la foto”. El motivo: sencillo. No había agenda clara. Por lo cual, poca dialéctica podría suponerse. Y para los peronistas, que tienen años de pesca, las crisis son ríos revueltos no para cualquier mosca. De hecho, ellos hoy están con problemas bastante mayores, e incluso ni siquiera se les podría cuestionar no participar de la mesa de diálogo tendida por Arcioni. Después de todo era para partidos. Y ellos, como sello están literalmente tan partidos como intervenidos. Y en gran parte por los socios más cercanos que prefiere Arcioni.
De hecho, doña María Servini concedió la apelación de José Luis Gioja contra la intervención al PJ nacional, pero lo hizo sin efecto suspensivo, es decir que sigue Luis Barrionuevo a cargo del partido hasta nuevo aviso. Con esta medida, dicen los entendidos, se inicia un lento trámite de traslado a las partes en conflicto – sectores que pedían la intervención y el oficialismo destituido de Gioja-. A su vez, hay pedidos de prueba que deben satisfacer y todo irá después al fiscal Jorge Di Lello, que no ha intervenido en esta causa. Di Lello tiene pendientes unas vacaciones que pueden demorar más el final. Con esos tramos cumplidos, la causa pasaría a la Cámara Nacional Electoral. Ese tribunal está integrado por Alberto Dalla Via y Santiago Corcuera. Si hay empate pueden llamar al juez Martin Irurzun, ya que hay una vacante no cubierta y cuya provisión está en la etapa final en el Consejo de la Magistratura. Todo esto es más importante para los peronistas chubutanos, que sentarse a tirarle ideas a Arcioni, por el momento. Sencillamente aplicaron ellos, que ya andan por la banquina, la ley de la supervivencia en vuelo que dice: `primero póngase la máscara el padre de la criatura, y después asista a la criatura´

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