Los Taxis Accesibles, entre la necesidad y la escasa rentabilidad

Los Taxis Accesibles, entre la necesidad y la rentabilidad - 2El pasado 15 de mayo se llevó a cabo la apertura de sobres para el otorgamiento de cinco licencias de los denominados “taxis accesibles”, las cuales fueron distribuidas en las paradas La Nueva Gales, Ruca Hué, Terminal, La Nueva Patagonia y en la parada más reciente de la Plaza San Martín, Marcos A. Zar esquina Belgrano, con un mínimo de permanencia de cinco años prestando servicio en dichas paradas. Sin embargo, la necesidad social de que la ciudad preste un servicio a aquellos pasajeros con distintas discapacidades no se ve reflejada en el día a día, dado que solamente hay, actualmente, dos vehículos accesibles en la ciudad: uno en la parada de taxis ubicada en las calles Mitre y 28 de Julio, y otro en la parada de Belgrano y Marcos A. Zar, el cual es compartido con la parada de taxis ubicada en las inmediaciones del hospital Subzonal, sobre la calle Roberto Gómez.

Rentabilidad

Al respecto, el presidente de la Asociación de Propietarios de Taxis, Rubén Acha, pone en mesa de discusión que “tenemos una problemática con el servicio diferencial para discapacitados, por una cuestión de licitaciones. Es sabido que a esos vehículos no se les puede poner gas; a las camionetas (Renault) Kangoo no se les puede poner el tubo abajo, tiene que ser interno y si se hace de este modo la persona no puede subir y eso es un costo adicional. Son cuestiones que se están debatiendo porque para el que invierte en este tipo de vehículo, hoy en día no le es rentable. Como lo dije públicamente y al municipio en ocasiones anteriores, el servicio diferencial es algo necesario y tiene toda nuestra aprobación, pero este tipo de servicios debe recibir algún tipo de subsidio. Sino, es imposible llevarlo adelante”. El referente de los dueños de taxis ratifica que el transporte especial para pasajeros discapacitados debería tener un subsidio básico. “Sacaron siete licitaciones de las cuales cuatro o cinco fueron aprobadas, pero trabajando hay solamente dos móviles de este tipo. La plataforma hidráulica y el hecho de tener que reformar el vehículo conllevan un costo muy grande y, hoy en día, a futuro es irrecuperable”.

A pulmón

Esteban Celis, dueño de la primera licencia de taxi accesible, cuenta que la camioneta que tuvo que adquirir, “una Renault Kangoo, de por sí es más cara que cualquier vehículo que puede ser habilitado como taxi común. Tuve que realizar una reforma que implicó aproximadamente un 50 por ciento del valor del coche. Si hablamos de un vehículo que sale 200 mil pesos, son 100 mil pesos de modificaciones los que hay que gastar”. El propietario detalla que las modificaciones en el vehículo las tuvo que hacer “por prueba y error” dado que “no existe un ‘kit de modificación de vehículos’ y no hay nadie que se dedique específicamente a realizar ese trabajo. Básicamente, hay que cortar el vehículo, con el riesgo de que quede inutilizable, hay que tener un especial cuidado al desarmar y modificarlo”.

Qué implican las reformas

Celis relata que “primero tuve que hacer un estudio antropométrico de lo que necesitaba el coche, por ejemplo las medidas de una silla de ruedas, de las cuales por lo general hay tres tipos. Me encontré con que tenía que modificar el vehículo, desde el asiento del conductor hacia atrás. Hubo que bajarle el piso, con lo cual se tuvo que modificar el sistema de combustible, incluida la cisterna, el soporte de la rueda de auxilio, el freno de mano y el freno hidráulico. El asiento que viene de fábrica, incluso, no sirve para este tipo de servicio, porque es una butaca entera de tres plazas con rebate completo, cuando se necesita que rebata asiento por asiento, para que la persona con silla de ruedas pueda subir y pueda ir acompañada de dos personas más”.

Espacios vacíos entre viajes

El dueño del primer taxi accesible hace referencia, también, a que existen problemas en cuanto a la logística del trabajo en sí mismo. Celis cuenta que “una vez tuve que ir a buscar, desde el centro, a un pasajero al barrio San Miguel, para llevarlo al Centro Asistencia Ruca Calí, que está en el barrio Presidente Perón. Tuve que viajar sin pasajeros hasta ese lugar, porque hay una exigencia de un máximo de quince minutos para llegar. Al finalizar el viaje, me llamaron para avisarme que tenía que buscar a otro pasajero en la calle Granaderos, al norte de la ciudad, por lo que tuve que ir vacío hasta esa calle y transportarlo hasta el Hospital (Subzonal ‘Andrés Ísola’). Una vez allí, me llamaron para que volviera al barrio Perón a buscar al primer pasajero. Eso no lo hace ningún taxi común y, en mi caso, técnicamente no le puedo poner gas a la camioneta porque no hay lugar”, explica el propietario. Sin embargo, agrega que “no creo que sea un problema de demanda, este es un servicio que tiene que estar. Ojalá no hubiera nadie que lo necesite, pero es necesario. Personalmente, creo que todos los taxis deberían ser accesibles, como todos los colectivos tienen que tener rampas”, concluye Celis.

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