El consumo de sal, un hábito que en exceso puede provocar graves problemas

Entre el 12 y el 18 de marzo tuvo lugar la “Semana Mundial de la Concientización sobre el Consumo de Sal”, una campaña internacional que busca aportar herramientas para disminuir el uso diario de sal en niños y adultos.
El alto consumo está relacionado de manera directa con cifras elevadas de presión arterial, yse estima que el exceso de sodio es responsable de unas 2,5 millones de muertes al año en todo el mundo, las cuales podrían ser prevenidas si el consumo global de sal se redujera a la cantidad recomendada.
La sal de mesa o cloruro de sodio está compuesta por aproximadamente un 40 por ciento de sodio y un 60 por ciento de cloro; aunque las necesidades fisiológicas cotidianas varían según la edad, sexo, peso, estado fisiológico, nivel de actividad física, estado de salud y demás, el cuerpo necesita solo pequeñas cantidades de sal para que funcione adecuadamente.
En este contexto, desde el Ministerio de Salud del Chubut, que conduce Ignacio Hernández, difundieron una serie de datos y recomendaciones, tendientes a
abordar la problemática del consumo excesivo de sal en la población.

Qué alimentos y hábitos evitar

Bajo la consigna de “Menos sal, más Vida”, desde la cartera sanitaria indicaron que la sal de mesa “aporta grandes cantidades de sodio y también se encuentra dentro de los alimentos industrializados”, agregando que “para poder identificar la cantidad de sodio que presentan los alimentos, debemos por un lado leer la tabla de información nutricional”, así como también “observar la lista de ingredientes”.
A su vez, para reducir la cantidad de sal de las comidas, es necesario “no salar los alimentos mientras se cocina”, “en la mesa, reemplazar el salero por el pimentero o especias”, “utilizar hierbas aromáticas para resaltar el sabor de los alimentos” y “sellar las carnes para retener sus jugos y sabor”.
En la misma línea, recomendaron “aportar sabor mediante jugo de limón, vinagre, aceto balsámico, cebolla y ajo” y “evitar alimentos con alto contenido de sodio”.
En otro orden, instaron a “reducir o evitar” la sal de mesa y la sal gruesa, fiambres, embutidos, quesos, productos ‘para copetín’, pickles, mariscos, galletitas, productos de panadería, caldos y sopas concentradas, aderezos, manteca margarina y alimentos en salmuera”.
También, se suman a la lista “conservas y alimentos congelados, edulcorantes con sacarina o ciclamato sódico, algunos medicamentos (sales digestivas), polvo de hornear, productos de pastelería y gaseosas y jugos”.

Se consume más del doble sugerido

A través de los riñones, el organismo puede eliminar hasta 5 gramos de sal por día; si se ingiere una cantidad mayor, el sodio se acumula y produce retención de agua, lo cual incrementa el volumen de líquido circulante y eleva la presión arterial, además de dañar los riñones.
Esto último conlleva a un mayor riesgo de enfermedades crónicas, como la hipertensión arterial, la insuficiencia cardíaca y la enfermedad cerebrovascular.
La estimación del consumo de sal en Argentina es de 12 a 13 gramos por día por habitante, es decir, más del doble de lo que deberíamos consumir.
El 60 por ciento de la sal que se consume proviene de los alimentos procesados como envasados, enlatados, congelados, panificados y snacks, mientras que el resto es la sal que normalmente se agrega a las comidas.
Se estima que, disminuyendo solo 3 gramos de sal de la dieta de la población, se evitaría el 10 por ciento de la mortalidad por enfermedad cardiovascular y con la reducción de 1 gramo de sal del consumo diario de toda la población, se evitarían unos 20 mil eventos cardiovasculares y cerebrovasculares por año, y alrededor de 2 mil muertes.

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