LA PRIMERA OPERACIÓN AÉREA DE ESTE TIPO EN LA ANTÁRTIDA

Por primera vez un Saab 340 aterrizó en la Base Marambio

El 25 de febrero, la Fuerza Aérea Argentina cumplió otro gran hito en su historia, por primera vez, un Saab 340 aterrizó en la Base Antártica Marambio. El itinerario comenzó el día 21 de febrero cuando el Escuadrón VI de Transporte desplegó desde la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia hasta la X Brigada Aérea de Río Gallegos, estableciéndose esta última como Unidad de proyección, tras una exhaustiva evaluación meteorológica.
Al día siguiente, se llevaron a cabo una serie de reuniones previas al vuelo, las cuales contaron con el valioso asesoramiento de la División Meteorología de la X Brigada Aérea y con la colaboración de meteorólogos de la Base Conjunta Marambio y de la I Brigada Aérea. El jefe de Grupo Aéreo 1 de Transporte, vicecomodoro Marcelo Pulenta, también contribuyó compartiendo su experiencia, mientras que el comandante de Adiestramiento y Alistamiento, brigadier Diego García, supervisó cada etapa como comandante de Misión.
Finalmente, el 25 de febrero, tras una nueva evaluación, se decidió emprender el cruce desde Río Gallegos a las 9:10 horas. Luego de realizar una escala en la ciudad de Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, a las 14:55 horas se logró el anhelado aterrizaje en la Base Conjunta Marambio, seguido por una visita al personal de la Unidad.
Luego, el Saab 340B matrícula T-34 partió hacia la Base Antártica Frei, en la cual aterrizó a las 18:30 horas sin incidentes. Tras verificar la aeronave, se emprendió el retorno a Río Gallegos, realizando una escala técnica en Ushuaia.
A las 23 horas, la aeronave regresó triunfante a la X Brigada Aérea, cumpliendo con éxito el mandato de operar en el continente antártico. Este hito marca un logro significativo para el Escuadrón VI de Transporte y refuerza el compromiso de la Fuerza Aérea Argentina con las operaciones antárticas.
Este desafío demandó una planificación meticulosa y un riguroso adiestramiento. Aunque la aeronave no sufrió modificaciones estructurales, se realizaron adaptaciones clave, como la remoción de filas de asientos para dar espacio a la carga y la instalación de camillas, preparando al Sistema de Armas ante posibles evacuaciones médicas de emergencia.

Una hazaña en primera persona

El vicecomodoro Ezequiel Rodríguez Cisneros, comandante de la aeronave, compartió detalles reveladores sobre la operación sin precedentes del SAAB 340B en la Antártida: “Este hito, lejos de ser una elección convencional de aeronaves, surge como una iniciativa del Escuadrón Aéreo VI de Transporte, respaldada por exhaustivos estudios de rendimiento y una vasta experiencia acumulada desde la incorporación del avión a la Fuerza Aérea Argentina en 2008. Una vez elevada la propuesta y, fruto de un minucioso proceso de análisis y planeamiento, el Comando de Adiestramiento y Alistamiento emitió las directivas necesarias para que la preparación y ejecución se llevara a cabo”.
La iniciativa comenzó a gestarse hace 10 años, contemplando estudios preliminares y pruebas diseñadas para verificar la viabilidad del proyecto y fue en 2022 cuando se reanudaron las pruebas, culminando en aterrizajes exitosos en pistas no pavimentadas y una intensa preparación logística, incluida la participación en el Ejercicio Fénix en 2023, que proporcionó una experiencia crucial.
“El vuelo desde la X Brigada Aérea de Río Gallegos, con una escala en Ushuaia para repostar combustible, hasta la Base Conjunta Marambio, marcó un viaje de catorce horas, enfrentando desafíos operativos significativos relacionados con las condiciones cambiantes de la pista antártica y la preparación para emergencias en aguas heladas”, manifestó el vicecomodoro.
La aeronave, equipada con modificaciones estructurales y equipos de supervivencia específicos para climas extremadamente fríos, no transportaba pasajeros en esta misión inaugural.
“La aeronave está preparada para la operación en clima de extremo frío y para operar en pistas no pavimentadas, razón por la cual no se efectuaron procedimientos especiales de mantenimiento, más allá del exhaustivo control realizado por el excelente personal de mecánicos e ingenieros del Grupo Técnico 9”, declaró el oficial y agregó: “para la operación Antártica se dispuso de un despliegue de medios SAR (Búsqueda y Rescate por sus siglas en inglés) tales como un C-130 de la I Brigada Aérea, dos helicópteros B-212 de la VII Brigada Aérea y medios de la Armada Argentina, entre otros”.
“El papel específico de la tripulación durante el vuelo hacia y desde la Antártida, fue el de convertir a esta operación en una misión exitosa. No había margen para cometer errores. El desafío adicional para este tipo de navegación está relacionado con la preparación física y mental necesaria para afrontar una posible situación de emergencia que pudiera conllevar un amerizaje en aguas heladas y con olas que superan los diez metros de altura”, afirmó el vicecomodoro.
“Haber tenido el honor de participar en la planificación, ejecución y conducción de la tarea de operar con una aeronave SAAB 340B en el continente antártico, se inscribe como uno de los hechos más trascendentes y felices de mi carrera profesional y personal”, comentó Rodriguez Cisneros.
“Muchas veces he escuchado y repetido la frase que dice ‘para un soldado no hay satisfacción más grande que la del deber cumplido’, sin embargo, fue en esta ocasión y circunstancia en la que la misma adquirió una resignificación relevante en mi persona”, confesó el oficial y agregó: “pude observar que quienes ejecutaron esta tarea fueron hombres que estuvieron a la altura de las circunstancias e hicieron honor, con su esfuerzo y compromiso, al lema del escudo del Sistema de Armas SF-340: ‘Me atrevo a vencer’”.
Por su parte, el segundo comandante del vuelo, el capitán Matías Almeida manifestó que este logro representa un hito personal y profesional. El éxito de esta misión no solo abre nuevas posibilidades de transporte hacia la Antártida, sino que también consolida años de dedicación y esfuerzo en el ámbito de la aviación militar.
Este éxito sin precedentes es el resultado del esfuerzo colectivo de la IX Brigada Aérea y otros organismos de la Fuerza Aérea Argentina, y marca un antes y un después en la historia de la aviación militar. Es un testimonio del compromiso y la excelencia del personal involucrado, cuyo arduo trabajo allana el camino para futuras operaciones en este exigente entorno geográfico y climático.
La tripulación que hizo historia con este vuelo estuvo integrada por el comandante de Adiestramiento y Alistamiento, brigadier Diego García, quien también cumplió el rol de comandante de Misión; el comandante de la aeronave, vicecomodoro Ezequiel Rodríguez Cisneros; el jefe de Escuadrón VI, mayor Juan Antúnez; el segundo comandante, capitán Matías Almeida; el jefe de Escuadrilla Operativa, capitán Maximiliano Gatica; el auxiliar de carga, suboficial principal Sebastián Barrios; el inspector de la aeronave, suboficial auxiliar Patricio Farfan y el mecánico de a bordo, cabo principal Jonathan Heredia.
De esta forma, la Fuerza Aérea Argentina continúa reforzando el instrumento militar para realizar operaciones en la Antártida.

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