DESDE ESTE LUNES EN NUEVA YORK

Vuelven a discutir el Tratado Global de los Océanos


Este lunes 20 de febrero, en la sede central de Naciones Unidas en Nueva York, continuarán las conversaciones para lograr un Tratado Global de los Océanos que alcance la protección del 30% de todos los mares del mundo.
Este objetivo se aprobó en la COP15 de la Cumbre de la Biodiversidad en Montreal en diciembre de 2022. “Los océanos sustentan toda la vida en la Tierra y su destino se va a decidir en estas negociaciones. La ciencia es clara, hay que proteger el 30 % de los océanos para 2030: es el mínimo absoluto necesario para evitar una catástrofe.
“Es alentador constatar que todos los gobiernos adoptaron el objetivo 30×30 el año pasado, pero los grandes objetivos no significan nada sin acción”, declaró Pilar Marcos, responsable de la campaña de océanos de la delegación de Greenpeace en Naciones Unidas. Y agregó: “Esta sesión especial, que tiene lugar después de paralizarse la última ronda de negociaciones, nos da esperanza. Si se acuerda un tratado ambicioso el 3 de marzo, se mantendrá vivo el 30×30. Los gobiernos deben comprometerse y cerrar un tratado fuerte, pues, ya estamos en tiempo de prórroga. Estas negociaciones son la última oportunidad para cumplir y los gobiernos no deben fallar”.
Los puntos conflictivos que deben resolverse son los mecanismos de financiación, la creación de capacidades y la distribución justa de los beneficios de los recursos marinos. Resolver estos desacuerdos depende de que el norte global haga una oferta justa y creíble al sur global. Establecer una red mundial de áreas protegidas debería ser el objetivo principal del tratado, que permita proteger al menos el 30% de los océanos del mundo.

Santuarios marinos totalmente protegidos en alta mar

Un tratado ambicioso debe ser capaz de establecer santuarios marinos totalmente protegidos en alta mar, libres de actividades como la pesca industrial destructiva y la minería en aguas profundas. La Conferencia de las Partes (COP) creada por el tratado debe poder tomar decisiones sobre todas las actividades potencialmente dañinas, incluida la pesca, dentro de las áreas protegidas sin ceder ante órganos sectoriales disfuncionales que solo se preocupan por intereses a corto plazo. La COP también debe ser capaz de operar por mayoría de votos, sin depender del consenso, para evitar que países individuales detengan o bloqueen el progreso.
En todo el mundo, las personas que trabajan en la pesca a pequeña escala y los que conservan los océanos con sus actividades tradicionales están exigiendo medidas para proteger los océanos, como por ejemplo la comunidad de Kayar, Senegal, que está demandando a una fábrica de harina de pescado contaminante con el apoyo de Greenpeace. La amenaza de la minería en aguas profundas se suma a las muchas presiones a las que se enfrentan los océanos. Un Tratado Global de los Océanos ambicioso puede ayudar a cambiar el rumbo, priorizando la protección de los océanos sobre la explotación.

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