UN TERCIO DE TODO LO QUE SE PRODUCE, SE DESPERDICIA

Dejar de malgastar alimentos podría cambiar el mundo

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician.

Frente a esos números, desperdiciar alimentos es un problema que se muestra evidente con solo pensar en los millones de personas en todo el mundo que no tienen su plato de comida diaria asegurada. Con la cantidad de comida que se tira se podría alimentar a toda la población de la Tierra actualmente y la que se espera que seamos en 2050.

Este problema se complejiza cuando se consideran también todos los recursos (tierra, agua y energía) que se utilizaron para producir esos granos, vegetales y carnes que, finalmente, terminaron en la basura.

Y si a esto le sumamos que esta forma particular del agronegocio empuja a la llamada “frontera agropecuaria” más y más sobre ambientes naturales, provocando su degradación y destrucción e incluso la pérdida de biodiversidad –como lo que ocurre en las humedales de nuestro país– se conforma así una situación crítica.

Responsables

Pero no todos los actores tienen la misma responsabilidad en esto. La pérdida significativa de alimentos muchas veces es resultado de las decisiones y acciones de los proveedores en la cadena alimentaria, excluyendo a los minoristas, proveedores de servicios de alimentos y consumidores, de acuerdo con la FAO.

Según explica en su informe “El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación”, las fallas que se dan en la producción y cosecha los desperdicios se deben a recolecciones en momentos inapropiados, las condiciones climáticas, las prácticas utilizadas en la recolección y la manipulación, y los problemas en la comercialización.

También en el almacenamiento, con un almacenamiento inadecuado, o decisiones tomadas en etapas tempranas de la cadena de suministro que hacen que los productos tengan una vida útil más corta.

Y en el transporte, por una mala infraestructura o una logística comercial ineficaz.

Es importante visibilizar este proceso previo a que los alimentos lleguen a nuestras manos porque si se trabajara para optimizar cada una de estas etapas se reducirían las pérdidas y los beneficios serían enormes. Por ejemplo: reducir los costos de producción, aumentar la eficiencia del sistema alimentario, mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición y contribuir a la sostenibilidad del ambiente.

También en casa

Por otra parte, el desperdicio de alimentos en los hogares es el de menor incidencia en esta problemática. Sin embargo, es el más rápido de revertir y hace una gran diferencia tanto a nivel ambiental como en la economía familiar.

Son varios los motivos que pueden llevar a desechar comida. Los más comunes son una mala planificación de las compras y las comidas, un exceso de compra (influido por porciones y tamaños de envases demasiado grandes), confusión sobre las etiquetas (fechas de consumo preferente y de caducidad) y un almacenamiento inadecuado en el hogar. Tenerlos presentes te va a ayudar a no caer en ellos otra vez.

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