FABIANA CRUZ, DE 21 AÑOS, SERÁ JUZGADA POR EL HOMICIDIO DOBLEMENTE AGRAVADO DE AGUSTINA QUISPE

Madryn: enjuician a la mujer acusada de asesinar a golpes a la hija de su novia

En la mañana del jueves 29 de agosto de 2019, Fabiana Romina Cruz, por entonces de 19 años, salió de su casa del barrio Nahuel Huapi en la ciudad chubutense de Puerto Madryn con su hijastra Agustina -hija biológica de su pareja Ana, de apenas cuatro años- desvanecida y ensangrentada en sus brazos.
Un vecino las auxilió en el momento y las llevó en su auto cerca de las 11 de la mañana hasta el hospital zonal Dr. Andrés Isola de Madryn, donde Fabiana intentó explicar a los médicos: “No sé qué le pasó, se cayó”. Enseguida se encendieron las sospechas. No sólo se notaba que la versión de su madrastra no era compatible con la gravedad de sus heridas sino que, además, era claro que había sido agredida con violencia.
A pesar de los esfuerzos de los profesionales y de una derivación de urgencia a la Terapia Intensiva Pediátrica del hospital de Trelew, Agustina finalmente falleció ese mismo jueves a las 16.
Fabiana Cruz, de 21 años y oriunda de Jujuy al igual que su ex pareja, está detenida con prisión preventiva desde esa tarde en una celda del Instituto Penitenciario Provincial N°1 de Chubut.
A partir de este viernes, más de dos años después del crimen, Fabiana será juzgada por el homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento de Agustina, con la acusación llevada adelante por los fiscales Jorge Bugueño y Daniel Báez del MPF de Puerto Madryn.
Tras su detención, Cruz fue sometida a un examen psicodiagnóstico, en el cual ensayó una suerte de justificación: “Ese día explote y le pegué a la nena sin querer”, dijo.
La principal hipótesis de la Justicia es que Fabiana “explotó” por una infidelidad. La mañana del jueves en que Agustina fue asesinada, las dos mujeres habían tenido una discusión muy fuerte. Fabiana no sólo suponía que su mujer la había engañado, sino que había podido comprobarlo: Ana estaba embarazada.
Tal vez sin suponer lo que podía pasar, tras la pelea Ana dejó la casa y salió a trabajar, dejando a Fabiana, que estaba furiosa, a cargo de sus hijos. Apenas 15 minutos después de que un vecino la viera salir de la casa, Fabiana salió a la calle con la nena desvanecida y cubierta de sangre en sus brazos.
La autopsia sobre el cuerpo de Agustina despejó dudas sobre la brutalidad del crimen y el ensañamiento de la asesina con el cuerpo de la nena.
Los forenses, de acuerdo a documentos del caso, establecieron como causa de muerte un paro cardiorrespiratorio a partir de múltiples traumatismos de cráneo y golpes en todo el cuerpo que le provocaron contusiones y cortes además de un edema cerebral y un episodio de “hipertensión endocraneal”. El informe habla también de la existencia de lesiones corporales y óseas previas, propias de un contexto de maltrato infantil.
Las pericias de la Unidad Especial Criminalística en la escena del crimen y el análisis de muestras biólogicas tampoco favorecen a Fabiana.
El análisis de las pruebas encontradas en la casa sin numeración sobre la calle 4 bis del barrio Nahuel Huapi -donde la mujer había quedado esa mañana a cargo de los dos hijos de su esposa- fueron contundentes: un informe scopométrico reveló que las únicas huellas de calzado tomadas en la casa corresponden con la suela de las zapatillas de Cruz. El dato cual comprueba que Fabiana era la única persona presente en la vivienda cuando Agustina fue agredida.
Además, un estudio comparativo del ADN de la acusada con las manchas de sangre del lugar, su ropa y la ropa de la víctima, confirma -a criterio del fiscal de Puerto Madryn Jorge Bugueño, a cargo del caso- no sólo su presencia en el lugar sino también la cercanía que había entre ellas.
Los dos hijos de Ana, ambos sin padre biológico acreditado, vivían hacía un tiempo con su madre biológica y la pareja de ella en esa misma casa. El otro hijo de la mujer estaba incluso presente en la casa en el momento en que su hermana fue asesinada.
A partir del viernes, los jueces Patricia Asaro, Patricia Reyes y Horacio Yanguela analizarán toda la evidencia que consta en la causa y escucharán el testimonio de más de 40 testigos antes de dictar sentencia. Entre ellos, el de la madre de Agustina, que tras el crimen de su hija volvió a Jujuy y tuvo su tercer hijo, prestará declaración la semana que viene por videoconferencia.
De ser encontrada culpable, Fabiana, de 21 años, podría ser condenada a prisión perpetua.

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