Botaron un artesanal para Caleta Paula

La industria naval marplatense sigue dando muestras de su capacidad en el proceso de renovación de la flota pesquera nacional. Esta vez la ceremonia de bautismo de un buque ocurrió del otro lado del espejo de la banquina chica, del lado sur, en Astillero De Angelis, una empresa con 62 años de trayectoria en el sector.

La firma constructora entregó el «Nuevo Don Julio», un barco de 15,73 metros de eslora y 6,34 metros de manga, con 3,14 metros de puntal, 330 KW de potencia y una bodega de 313 m3 para almacenar unos mil cajones de merluza. El buque reemplaza al “Don Julio”, de la misma empresa armadora.

El barco de rada/ría pertenece a la familia D´ Alessio y operará desde el puerto de Caleta Paula, en Santa Cruz, a merluza.

«Estamos muy felices de poder presentar el barco, entregarlo, fue un proceso que demandó 10 meses y fue construido íntegramente con productos de la industria nacional», remarcó Guido Zingale, director General del astillero en el que trabajaban 25 operarios antes de firmar el contrato con la empresa armadora.

Guido todavía es estudiante de la carrera de ingeniería naval en la UTN y trabaja en el astillero de Ángel De Angelis desde 2016. Junto a un compañero de estudio, Juan Cruz Rodríguez, jefe Técnico, impulsaron esta nueva etapa en la vida del astillero.

A la ceremonia de bautismo asistieron el actual intendente Guillermo Montenegro, un ex, Daniel Katz, junto con autoridades de la Municipalidad, del Consorcio Regional del Puerto y Prefectura. Astillero De Angelis esta adherido a ABIN, la Asociación Bonaerense de la Industria Naval, por lo que también se sumó parte de su cuerpo directivo, encabezado por Sandra Cipolla.

«Ahora somos 40 trabajadores y la obra demandó unas 25 mil horas-hombre para dejarlo terminado. El lunes al correr el barco ya pudimos comenzar con la construcción de su gemelo. El diseño fue traído por el armador», reveló el directivo, entusiasmado en poder demorar menos tiempo para la entrega del segundo barco a partir del conocimiento y aprendizaje adquirido en esta obra.

El “Nuevo Don Julio” bajará al espejo de agua por estas horas y tendrá un par de jornadas más de trabajo para ultimar el sector de la timonera.

El buque operará a merluza desde el puerto santacruceño y se constituirá en otra fuente de materia prima que abastezca a los frigoríficos de tierra. En ese puerto ya operan algunos fresqueros de mayor porte, algunos llegados desde Mar del Plata como el “Petrel”, el “Portobello” y recientemente el “Piedrabuena”.

Al momento de estrellar la botella de champagne en el casco de la embarcación, tal vez por el escaso ángulo donde colocaron el dispositivo, no se rompió, causando una exclamación de asombro entre los invitados.

Al golpear contra el casco la botella se zafó del soporte y cayó al piso, donde sí se rompió. “Fuimos recién y rompimos otra botella contra el casco por las dudas”, reveló el Director General, pasado un rato de la ceremonia y el ágape que sirvieron en las instalaciones del astillero, frente a la banquina chica del puerto local. (Revista Puerto)

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