Reconocen en Chubut dos áreas marinas de conservación de tiburones y rayas
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declaró a dos regiones de Chubut como “prioritarias” para la conservación de tiburones y rayas. Reconoció a Bahía Engaño y el norte del Golfo San Jorge como Áreas de Importancia para los Condrictios (ISRA, por sus siglas en inglés).
Esta designación internacional reconoce a estos sectores como esenciales para la supervivencia de tiburones, rayas y pez gallo. La iniciativa forma parte de un proyecto global que busca mapear los hábitats esenciales de los peces condrictios, un grupo de vertebrados que incluye tiburones, rayas y quimeras.
En esta etapa, el estudio se centró en la costa atlántica de América del Sur, una región con alto valor ecológico y aún poco representada en los mapas globales de conservación marina.
“Estas ISRA son zonas delimitadas que cumplen funciones ecológicas clave como la reproducción, la alimentación o la puesta de huevos. Son espacios donde estas especies regresan año tras año para asegurar su descendencia”, explicó Nelson Bovcon, investigador de la UNPSJB y el CONICET, especializado en peces patagónicos.
Bahía Engaño, ubicada cerca de Rawson, es considerada una verdadera “maternidad natural” para varias especies marinas. Allí se reproducen simultáneamente peces como el cazón, el gatuzo, el pez gallo, y diferentes especies de rayas como la acuta y la marmolada.
Lo notable de esta zona es que algunas especies ponen huevos, mientras que otras dan a luz crías vivas, y muchas de estas permanecen en la zona durante meses.
Este fenómeno la convierte en una zona de cría multiespecífica, un rasgo inusual incluso a nivel mundial.
Golfo San Jorge
Al sur de Bahía Engaño, el norte del Golfo San Jorge también fue incluido como ISRA. En esta zona de alta riqueza biológica se han identificado al menos cuatro especies de tiburones, cinco de rayas y el pez gallo, todas usando el área como hábitat reproductivo.
Entre las especies destacadas se encuentra la raya de vientre áspero (Dipturus trachyderma), una de las más grandes del mar argentino, que deposita sus huevos en estas aguas. También se detectaron crías de la raya hocicuda, otra especie de gran tamaño.
Además, hay especies cuya conservación aún no es crítica, pero que representan un desafío para la ciencia por el escaso conocimiento sobre su biología.
Impacto ecológico, político y económico
El reconocimiento oficial por parte de la UICN no es meramente simbólico: implica que las actividades humanas, especialmente la pesca industrial, deben ajustarse para reducir su impacto en estas zonas sensibles.
“Tener una ISRA reconocida eleva el estándar de sostenibilidad. Muchas pesquerías, como la del langostino, son evaluadas según su impacto sobre estas áreas”, señaló Bovcon.
Sin embargo, la conservación de especies migratorias como el cazón, que recorre distancias desde Brasil hasta la Patagonia, enfrenta desafíos de gobernanza entre diferentes jurisdicciones y países.
En la región se registran más de 28 especies de condrictios, muchas con estatus de conservación preocupante. Algunas están presentes todo el año, otras solo durante el verano. Entre ellas se encuentran especies raras como el tiburón zorro o el escalandrún.
La selección de Bahía Engaño y el Golfo San Jorge como áreas prioritarias de conservación marina posiciona a la Patagonia argentina en el mapa global de estrategias para la biodiversidad marina.
“Lo más destacable es que se trata de zonas de cría multiespecífica. En muchos lugares del mundo, apenas una especie utiliza una zona para reproducirse. Aquí lo hacen varias. Eso las convierte en auténticos tesoros biológicos que debemos proteger”, concluyó Bovcon.