POR EL CAMBIO CLIMÁTICO

Una montaña de Suecia pierde dos metros de altura cada año

Los efectos de la emergencia climática que afecta hace años al planeta ya son visibles en muchos lugares del mundo y uno de los principales problemas es el derretimiento acelerado de los polos. Pero no solo de ellos, sino que países nórdicos ya son testigo del cambio de sus paisajes. Este es el caso de la montaña más alta de Suecia, Kebnekaise, la cual se estima que desde 1990 pierde dos metros de altura al año.
Se trata de uno de los puntos turísticos más importantes para los alpinistas. Sin embargo, tal y como indica el National Geographic, “las autoridades locales están cuestionando si este tipo de actividades podrán realizarse en el futuro cercano”.

Dos metros al año

La consecuencia de que ocurra se debe a los cambios de temperatura que está viviendo la zona, tal y como indica la Universidad de Estocolmo. Así, la montaña cuenta con dos picos, de los cuales el más alto es el que está situado en la zona sur, con una altura de 2.120 metros. Ahora, debido al cambio climático, no llegar a los 2.100 metros de altitud, al derretirse el hielo que forma su glaciar.
De esta forma, Suecia está viendo como su montaña más grande se está encogiendo año tras año sin una solución que lo impida. A esto se le suma, que el glaciar que incluye es el último que alberga el país, aumentando más si cabe el riesgo. Este recibe el nombre de Sydtoppen y según los hallazgos hecho por Serie A, Geografía física, se ve como está siendo afectado rápidamente por la crisis climática.
La problemática se hace más notoria al comparar el pico norte con el sur de Kebnekaise. El pico norte, tradicionalmente revestido de nieve, revela un declive más acentuado en su volumen por la disminución de la capa de nieve, lo que hace palpable su disminución en tamaño. Por otro lado, el pico sur mantiene relativamente su altitud, dado que no recibe la misma cantidad de nieve en invierno.
Este fenómeno evidencia las implicaciones directas del cambio climático en regiones glaciares y pone de manifiesto la urgencia de medidas para combatir el calentamiento global. Las observaciones sobre el Sydtoppen y Kebnekaise, además de reflejar cambios geográficos, se convierten en un indicador climático clave para científicos y responsables de políticas ambientales.

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