POLÍTICA

Toma y daca en la Rosada

Por Karina Cecuk 

Los gobernadores fueron convocados por el presidente Javier Milei, con “una agenda abierta”, según revelaron los propios participantes del cónclave. Ciertamente que en el tiempo que duró la reunión los temas abordados no fueron tan amplios como los mandatarios provinciales hubieran querido, y sin dudas, lo más importante versó entre lo que demandan las provincias y lo que necesita el Gobierno nacional.
A saber, Milei expuso su visión de la situación económica y como abordarla para encontrar soluciones a largo plazo, mientras que los gobernadores expresaron interrogantes acerca de la coparticipación y la obra pública, entre otros aspectos vinculados a recursos que hasta ahora las provincias obtenían de Nación.
De acuerdo a las versiones que compartieron los jefes gubernamentales ante la prensa porteña tras el encuentro, se habló acerca de la modificación del Impuesto a las Ganancias, esa ley que Milei votó a favor siendo diputado, y que ahora estaría dispuesto a negociar para saciar el apetito de las provincias.
Sin embargo, los gobernadores quieren una compensación por los fondos coparticipables que se vieron afectados tras la eliminación de la cuarta categoría de Ganancias, pero nadie quiere cargar con el costo político de ser parte de su restitución. Mientras los peronistas rechazan de plano que se retrotraiga la ley que fue votada antes de las elecciones presidenciales, más de uno en la oposición plantea alternativas en el mismo sentido, como solicitar que se coparticipe el 70% de lo que Nación recauda por el Impuesto al Cheque.
Dicho esto, vale mencionar que los gobernadores salieron de la reunión con un discurso dialoguista, propio de la política y particularmente del hecho que juegan en desventaja con el Gobierno Nacional.
Pero ya pueden irse olvidando del Impuesto al Cheque, porque según el IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), si se coparticipa ese tributo, la caja de los jubilados perdería 1,7% del PBI de ingresos en 2024.
“Actualmente, el 100% de la recaudación se usa para financiar al ANSES y su modificación abriría un bache de financiamiento que debería cubrir Nación con mayores impuestos o reducción de otras partidas de gasto. Esta distribución del tributo ocurre desde el año 2018. Es importante recordar que anteriormente, entre 2003 y 2017, el 70% de lo recaudado iba al Tesoro y el 30% restante a la masa coparticipable”, dice el informe.
Así las cosas, Milei anuncia un DNU que echa por tierra una serie de normas, pero hay algunas leyes que sólo pueden ser derogadas previo paso por el Congreso, y es por ello que la reunión de este lunes entre el Presidente de la Nación y los gobernadores, tuvo como fin último poner sobre la mesa la medición de fuerzas.
El discurso de federalismo de los gobernadores suena bien, pero la realidad es que en el Congreso lo que vale son las manos. Habrá que ver que tanto están dispuestos a negociar aquellos que tienen mayor representación en la Cámara Baja, y cuánto va a pesar el número que ostentan las fuerzas políticas no oficialistas en el Senado.

Ya sea a la derecha o a la izquierda, la fiesta o el ajuste; todo parece indicar que por el momento, la cuenta la sigue pagando la clase media trabajadora.

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