En su día, Rafael Lorenzo, guardaparque del Parque Nacional Los Alerces, habló con El Diario Web y aseguró que la profesión tiene un alto componente vocacional: «Te nace de adentro».

«Ser guardaparque es mucho más que una profesión. Uno lo elige porque le gusta, y yo siempre digo que no hay nada mejor que poder trabajar de lo que uno eligió. Ser guardaparque es una de esas profesiones que va relacionada con un estilo de vida«, aseguró.

«Cada Parque Nacional es un mundo aparte, por sus condiciones climáticas o por el ambiente natural que en él se protege. Pero el guardaparque es multifunción: de acuerda al área natural donde se encuentre trabajando tiene diferentes actividades. El control y vigilancia es nuestra función primordial, pero el apoyo científico, la educación ambiental y otras tareas de extensión también son tareas nuestras, a grandes rasgos», explicó.

El origen de la celebración se debe a que el 9 de octubre de 1934 se sancionó la Ley N° 12.103 que creó la ex Dirección de Parques Nacionales, la actual Administración de Parques Nacionales.

Lorenzo disfruta de su labor, aunque sabe que no es para cualquiera: «Uno arranca y termina el día trabajando, porque siempre hay cosas que hacer. Cortar leña, visitar a los pobladores, hacer recorridas, controles, relevamientos de flora y fauna, apoyo a investigadores. Entonces la actividad es muy variada, no es un trabajo rutinario«.

«Para ser guardaparque, te tiene que nacer la profesión de adentro. Es algo que llevamos. En mi caso nació por motu propio el amor por la conservación y el cuidado de nuestros recursos naturales, porque yo no tengo familiares que se hayan dedicado a la conservación del ambiente. A todos esos chicos que tienen interés, les recomiendo que se acerquen a los guardaparques o a las áreas naturales protegidas para interiorizarse sobre este trabajo», recomendó.