EN DOS MESES HALLARON A 23 EJEMPLARES SIN VIDA

En Estados Unidos culpan al tráfico por las ballenas muertas


En dos meses, en Estados Unidos, hallaron a 23 ballenas muertas, algunas de ellas pertenecientes a especies en peligro crítico de extinción, como la Ballena franca del Atlántico norte, además de jorobadas y minke.
Aunque el saldo es menor a años anteriores, los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) están preocupados.
Todo empezó en 2017, los científicos de la NOAA documentaron “mortalidades elevadas” de ballenas francas del Atlántico norte (Eubalaena glacialis), especialmente en Canadá y Estados Unidos.

Números que asustan

Las autoridades sanitarias y ecológicas del país describieron a los individuos considerados en el UME como “Muertos”, “Heridos” o “Enfermos”. Aquellos que tenían alguna o todas las características representaban al 20 % de la población total de la especie, que se encuentra en peligro crítico de extinción. Esto ocasionó un “impacto significativo” en la especie, aseguraron desde la NOAA, ya que “las muertes superan a los nacimientos”.

Tráfico marino

Por otra parte, afirmaron que la mortalidad no ha cedido, por el contrario, desde hace 6 años, la tendencia se ha mantenido. Aunque la mayoría son ballenas jorobadas, ejemplares de especies muy amenazadas también figuran entre los decesos documentados. En las autopsias, una misma causa de muerte impera entre las víctimas: choques contra barcos industriales.
Hasta ahora, se sabe que la principal causa de las muertes de ballenas en Estados Unidos son lesiones de gravedad. En un segundo plano, se identificaron lesiones leves o padecimientos ‘subletales’, como los describe la NOAA en su portal oficial sobre eventos inusuales de mortalidad.
Los investigadores saben que estas heridas son producto de colisiones contra embarcaciones grandes y enredo de cuerdas pesqueras, que las privan de la vida en el momento del accidente o algunos días más tarde:
Muchas de estas embarcaciones son industriales, y llevan los productos que se adquieren en línea hasta su destino. Desde que empezó el estudio, 335 individuos han encallado en la costa este. Por ello, las organizaciones que se encargan de proteger la vida marina y sus derechos están buscando robustecer los sistemas más ecológicamente responsables, como aquellos de energía eólica, que no tienen un saldo ambiental tan dramático.
“Las organizaciones que se toman en serio la protección de la vida marina reconocen que existen compensaciones”, dijo Matthew B. Eisenson, quien dirige una iniciativa de defensa legal en el Centro Sabin para la Ley del Cambio Climático en la Universidad de Columbia.

ÚLTIMAS NOTICIAS