Scorsese vuelve a Netflix con un documental sobre Nueva York

El realizador estadounidense Martin Scorsese, que hace un año confió a la prensa su convicción de haber llegado «tal vez» al final de su obra, está más activo que nunca y «The Irishman» no será su último trabajo.
«Supongamos que Nueva York es una ciudad», que debutará sorpresivamente en Netflix el 8 de enero, es un viaje precoronavirus a la Gran Manzana, a través de los ojos y la sensibilidad de su amiga y conciudadana Fran Lebowitz.
«La gente se enoja conmigo porque tengo demasiadas opiniones», dice la moderna Dorothy Parker en el trailer del documental, que apunta la cámara hacia sus frustraciones por la forma en que la gente navega su amada Nueva York. Como cuando Fran ve un nuevo puesto de la librería Strand enla «trampa para turistas» de Times Square y le dice al vendedor: «¨No te parece injusto traer aquí un libro? Injusto para los libros…».
No es la primera vez que Scorsese y Lebowitz trabajan juntos: hace diez años, la autora de «Dos pandas en Nueva York» fue tema de «Public Speaking», para HBO, donde se la veía pontificar sentada en su mesa preferida del Waverly Inn, el restaurante del entonces director de Vanity Fair, Graydon Carter.
En 2013 la humorista apareció en dos papeles distintos como extra en «The Wolf of Wall Street». Ahora septuagenaria, Fran ofrece a Scorsese una «Baedeker» de su ciudad preferida, cubriendo «temas que van de los turistas al dinero, el metro, el mercado inmobiliario y el arte, no tan sencillo, de atravesar Times Square».
A lo largo de las décadas, desde que en 1978 publicó «Metropolitan Life», Fran Lebowitz fue para Nueva York una intelectual política capaz de réplicas cortantes como pocas, aunque quedando a los márgenes del modo de vivir contemporáneo: no tiene computadora, teléfono, dirección de mail o cuenta de Twitter.
Pero el humor con los pies en la tierra siguió brindándole adeptos: Scorsese la filma por la calle mientras pasan muchachas que arrastran pesados neumáticos como forma de ejercicio. Perpleja, Fran comenta: «A la gente le gusta inventarse desafíos. Yo creo que la vida es suficiente».
El documental es el último de una serie que Scorsese dedicó a personajes famosos como Bob Dylan, George Harrison,Elia Kazan y los Rolling Stones, y que precede a un «trabajo en curso» sobre David Johansen, líder de la banda de hard-rock New York Dolls.
Además, en el pasado agosto estrechó un acuerdo con Apple: el realizador, de 78 años, que ya tiene en marcha «Killers of the Flower Moon» con la compañía tecnológica, producirá y dirigirá películas para Apple TV+.
«Supongamos que Nueva York es una ciudad» convierte los pensamientos de Lebowitz en una especie de guía tan divertida como frenética que todo neoyorquino desearía tener en algún momento de su vida. Con un tono clásico y urbano, trata temas que van desde los turistas, el dinero o el metro hasta el engañosamente sencillo arte de caminar por Times Square (porque hay una manera correcta de hacerlo). A lo largo de la serie, el pasado de Lebowitz cobra forma ante el público, revelando una vida caracterizada por una curiosidad infinita y una independencia estimulante.
Martin Scorsese, amigo de toda la vida de Lebowitz, dirige «Supongamos que Nueva York es una ciudad», aderezándola con opiniones de su propia cosecha sobre esta ciudad que se conoce al dedillo. Se trata por tanto de una doble dosis de Nueva York que provocará deleite, ira e identificación personal entre quienes aman la ciudad tanto como ellos.

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