QUÉ TAN LEJOS QUEDARON PROBLEMÁTICAS COMO LA EDUCACIÓN Y QUÉ TAN CERCA ESTÁN LAS BARBERÍAS Y LOS EDIFICIOS

La ciudadanía, los hechos y las opiniones, en perspectiva

Por Lazarillo de Tormes

Varios episodios que tuvieron lugar en las últimas semanas en Puerto Madryn evocaron posicionamientos diferentes por parte de la comunidad local, donde muchas veces las charlas y los debates de café son reemplazados por opiniones vertidas en las redes sociales, tal vez un “falso termómetro” del humor social.
La iniciativa de realizar un importante emprendimiento urbanístico en la zona sur cosechó tantos aciertos como quejas; la denuncia de que algunas barberías ofrecen aperitivos y barra de bebidas, también cosechó buena parte de acompañantes y detractores, y lejos, tal vez muy lejos, quedaron los reclamos esgrimidos por los gremios, docentes y estudiantes respecto del estado de las escuelas, a pocos días de que culmine un ciclo lectivo en el que solamente un tercio del calendario fue cumplimentado dentro de las aulas.

Construir y desconstruir

Sucede que, en algunas ocasiones, cierto tipo de hechos, opiniones y pronunciamientos encienden la llamada de la “Justicia virtual”, un terreno donde los internautas se constituyen como auténticos especialistas en legislación, desarrollo urbano y hasta medicina.
Una apreciación muy frecuente es que, quienes arremeten imponiendo sus opiniones en las redes sociales son algo así como ciudadanos “descontentos”, que en definitiva se aprestan a expropiar sus propias frustraciones, arrogándose la razón respecto de tal o cual suceso.
Como ocurrió con el megaproyecto, satíricamente denominado el “Nordelta madrynense”, hubo críticas que advirtieron la delegación de una importante porción del desarrollo urbano de la ciudad en una empresa privada, pero también aparecieron los defensores del progreso, que con justa razón expusieron a quienes suelen manifestarse, con frecuencia, en oposición a la iniciativas público-privadas.

Grieta y tensión “cortada con navaja”

Con las barberías sucedió algo similar: mientras profesionales del segmento de peluquerías advertían que el consumo de alcohol por parte de los estilistas podría poner en peligro la integridad física de los clientes, al manejar objetos filosos, también estuvieron quienes señalaron la presunta irregularidad signada por el hecho de que (bar)berías cuenten con un servicio de (bar).
En defensa de la tendencia, “saltaron” varios profesionales del segmento, que pidieron “dejar hacer” y “dejar ser”, pero lo cierto es que no hubo consenso y todo parecería indicar que existe, desde hace tiempo, una grieta: no entre los simpatizantes o detractores de esta idea, sino entre los propios estilistas clásicos y los barberos, que pertenecen a un rubro que ha incrementado locales y ofertas por doquier, donde Puerto Madryn no ha sido una excepción.

Opinemos de otra cosa

Sin embargo, mientras la opinión pública se debate entre estos y otros temas, varias son las problemáticas de arrastre que continúan haciendo mella en quienes las viven en el día a día: una de ellas es el estado de las escuelas, donde la ciudad del Golfo sigue siendo la localidad que ostenta una estadística lamentable, que arroja más de treinta establecimientos con problemas que no se han solucionado y que quién sabe cuándo serán resueltos.
Mientras que distintos gremios, mayormente ATECh, alzaban a viva voz los reclamos salariales, laborales y referentes a la infraestructura escolar, fueron los propios alumnos los que tomaron de manera pacífica los edificios educativos, en lo que marcó un antes y un después en la metodología de reclamo estudiantil, que terminó, incluso, trasladándose a las calles de la ciudad.

Pasar la página

Reanudadas las clases y con algunos acuerdos literalmente atados con alambre, la opinión de la ciudadanía sobre el estado de las escuelas, que fue acaso el principal reclamo comunitario durante los últimos meses, se esfumó como lo hará un Ciclo Lectivo que quedará para el olvido.
Lo verdaderamente llamativo no es la “falta de memoria”, sino la continuidad de los acontecimientos y cómo la opinión pública es tan dinámica que, a veces, sólo se vuelva a expresarse sobre hechos del momento, mientras que aquello que no se ve, o que “ya no se ve”, parecería haber dejado de existir.
Mientras estas y otras problemáticas subyacen en el ligero terreno donde conviven poco más de 120 mil habitantes, la atención parece centrarse en el día a día, un indicador que evidencia la imponente mediatización de algunas cuestiones, medida en “clicks” o cantidad de caracteres; y la prevalencia de otras, que pasarán desapercibidas una vez que ocurran nuevos acontecimientos.

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