LOS ESPECIALISTA SUGIEREN EVITAR LOS EXCESOS Y NO EXIGIR EL CUERPO

El descanso, la primera víctima de la Navidad

Las Navidades: Cuando pasamos más tiempo en casa, disfrutando junto a nuestra familia y amigos. La época del año de los buenos deseos, las ilusiones, las reuniones, los encuentros y, por supuesto, los regalos. Pero también del cansancio extremo y de las descompensaciones de salud. Esto debido a que una gran parte de la población, vive estas fechas agobiada por no tener tiempo para hacer todas las tareas que se requieren para que los demás disfruten. Sí, nos referimos a los nervios y estrés que sólo algunos sufren: son los que se encargan de comprar todos los regalos a los niños y a los suegros, el que prepara los detalles para que la familia pase una velada perfecta en Nochebuena, intentando que ningún cabo quede suelto en estas fiestas tan entrañables.

Sobrecarga de estrés

Muchos sufren una sobrecarga de estrés al soportar todo el peso de los preparativos y la responsabilidad que las tareas adicionales conllevan. A todo esto le sumamos los ruidos, las luces navideñas, aglomeraciones en todas partes, que no ayudan precisamente a relajarse y poder así tener un descanso de calidad. Lo ideal sería para no sobrecargar siempre a los mismos de trabajo, un reparto equitativo de tareas, para que todos disfrutemos de la Navidad y descansemos igual que todo el año. Además conviene alternar actividades y no varias nuestro ocio, lo que nos ayudará a relajarnos.

Sobrecarga de alimentos

Por otro lado, seguro que a todos nos ha pasado en alguna de estas reuniones y comidas a las que nos referíamos, entre tanto platos deliciosos y nuestras ganas de probarlos todos, el sufrir una indigestión. Nos referimos a esa sensación de pesadez e hinchazón, que nos da sueño pero una vez tumbados en la cama, nos impide descansar bien. Tenemos que ser conscientes de que excesos de este tipo son perjudiciales para dormir y descansar bien. Cenar mucho altera el sueño, tanto en cantidad como en calidad, así conviene descansar con la digestión ya hecha. Para poder evitar estos episodios después de las comidas copiosas, lo más saludable es un buen descanso. Sin embargo, muchas cosas conspiran contra ello.

Los efectos de los desbordes

En el caso del alcohol, no sólo dificulta el mantenimiento de las fases profundas del sueño, además de hacerlo superficial, sino que afecta el disfrute del día subsiguiente. O ¿no has notado que no se descansa igual cuando hemos bebido unas copas de más? Ni hablar de conducir además si se consume alcohol. La mayoría de los accidentes automovilísticos se producen en estas condiciones. Por eso se recomienda la moderación con el brindis.
Respecto al exceso de comida, es mejor dejar la gula para «las ocasiones», así, además de sentirnos mejor, más ligeros, nuestro descanso nos lo agradecerá. Lo ideal si es que se va a probar todo el agasajo que preparó la familia, es alargar las sobremesas, para no irse a la cama con el estómago lleno.
El abandono por algunos instantes del celular permite recuperar los vínculos que bien se merecen los seres queridos. Charlar en la mesa ayuda a disfrutar de la velada y hacer mientras la digestión para poder dormir mejor.
Si nos centramos en estos consejos, intentando cumplirlos, además de relajarnos para poder disfrutar al máximo de los nuestros en estas fechas, conseguiremos unas felices y saludables navidades.

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