ECOLOGÍA

Denuncian muertes masivas de elefantes marinos en la Antártida por la gripe aviar

Un equipo de virología del Reino Unido confirmó la muerte masiva de elefantes marinos  y lobos marinos por infecciones por gripe aviar en el Ártico, mientras el virus H5N1 continúa propagándose por el mundo con un potencial pandémico.

Los investigadores alertaron en diciembre sobre la presencia de cadáveres de focas y elefantes marinos en la isla de Georgia del sur, un territorio de ultramar en el sur del Atlántico, los cuales presentaban síntomas de gripe aviar. En su momento, se clasificaron como muertes sospechosas, sin confirmar el motivo, a la espera de los resultados del estudio en laboratorio de las muestras de los animales fallecidos.

Los primeros casos conocidos de H5N1 se detectaron en la región antártica en octubre entre skúas pardas (un ave marina que habita en las frías aguas que rodean las costas antárticas) en la Isla Bird, frente a Georgia del Sur.

Dos meses después, muertes masivas de elefantes marinos fueron registrados. También ha habido un aumento de las muertes de lobos marinos, gaviotas cocineras y skúas pardas en otras zonas del Antártico.

Miedo a una mutación adaptativa de los mamíferos

Marco Falchieri es uno de los científicos del equipo de virología aviar y influenza de la Agencia de Salud Animal y Vegetal (APHA), que recolectó las muestras de Georgia del Sur que dieron positivo a la gripe aviar.

Falchieri explicó que el número de muertos en Georgia del Sur fue probablemente de unos cientos, principalmente elefantes marinos, que parecen estar más afectados que los lobos marinos. “Mi peor temor es una mutación adaptativa a los mamíferos, que no estamos viendo en estas nuevas muestras, pero debemos seguir monitoreando”, dijo.

Una mutación adaptativa, añadió, “podría significar que se convierta en un virus adaptado a los mamíferos y, en consecuencia, aumente el riesgo también para los humanos”.

El contagio a los mamíferos de Georgia del Sur es “un reflejo de lo que está sucediendo a nivel mundial”, dijo Ashley Banyard, viróloga de la APHA, en el medio británico.

El equipo de Banyard diagnosticó las muestras traídas de la isla a mediados de diciembre. Se produjeron efectos de contagio, dijo Banyard, “cuando demasiadas aves tienen gripe aviar y los mamíferos entran en contacto cercano con excrementos de aves enfermas o cuando los mamíferos comen un cadáver de ave infectada”.

En diciembre se confirmó la muerte de un oso polar a causa de la gripe aviar en Alaska, y se estima que 20.000 leones marinos han muerto a causa del virus en Chile y Perú.

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