Rosana Artigas estaba desaparecida desde la mañana del 23 de noviembre cuando José Fernández, su ex, la pasó a buscar por la casa y la llevó a la suya en la misma localidad de Plottier.

A las 72 horas de la desaparición Fernández fue detenido por falso testimonio, buscaban un cadáver y el principal sospechoso del femicidio era él.

Se debió trazar un perfil geográfico a partir de la geolocalización del celular de Fernández. De hecho, él mismo fue el 23 a las 10:52 a Centenario y descartó el celular de Rosana.

La revisión de cada uno de los lugares por los que había transitado el hombre fue clave, pero llevaba tiempo y había mucha presión de fondo.

Apareció el dato de que Fernández había ido a China Muerta, por lo que se verificaron cámaras de seguridad con las cuales pudieron ubicarlo manejando su camioneta Renault Duster.

El fiscal jefe de Homicidios, Agustín García, junto con el jefe de Seguridad Personal, Sergio Llaytuqueo, coordinaron para realizar un rastrillaje centrado en la ribera del Limay en esa zona.

El fuerte sol de la tarde permitió a las 15:30 aproximadamente ubicar un tacho a unos cinco metros de la costa. Cuando observaron en su interior, había un cuerpo y era el de Rosana, pero oficialmente no lo confirmaron por cuestiones de rigor, como la identificación oficial que debe realizarse durante el procedimiento de autopsia, que también permitirá establecer las causas de la muerte.

Hasta el lugar llegó el fiscal Agustín García, que ordenó las actuaciones pertinentes con personal forense y de criminalística.

Por su parte, Seguridad Personal dispuso un certero y amplio cerco perimetral para preservar la escena del descarte, porque se estima que Rosana ya estaba muerta cuando la introdujeron en el tacho.

Este sábado podrían conocerse más detalles en la medida en que avancen las pericias y la fiscalía no tiene apuro en formular cargos porque Fernández está con preventiva.