POLÍTICA

Oro blanco, la agenda urgente


Por Karina Cecuk

En el año 2021, los países del “Triángulo del Litio”, Argentina, Bolivia y Chile, concentraron el 56% de los recursos mundiales de litio y el 30,7 % de la producción mundial.

Actualmente Argentina es el cuarto país productor de litio, detrás de Australia, Chile y China; pero hay un largo camino por recorrer, especialmente porque la demanda crece, y desde otros países observan con detenimiento la región para avanzar en negociaciones por el tan preciado elemento.

El litio se emplea en el tratamiento de aire, baterías de cerámica, vidrio, metalurgia, productos farmacéuticos y polímeros, y en la elaboración de baterías recargables de ion-litio. Estas últimas, resultan de particular relevancia en los esfuerzos para reducir el calentamiento global, permitiendo proveer de electricidad a vehículos a partir de fuentes de energía bajas en carbono, en lugar del uso de combustibles fósiles.

Parafraseando al gobernador Gustavo Sáenz de Salta, es justo decir que el litio, es un mineral clave, con alto potencial en el desarrollo de la industria minera. Días pasados fue precisamente esa provincia la anfitriona del doceavo Seminario Internacional del Litio.

El encuentro organizado por Panorama Minero se dividió en dos jornadas con paneles temáticos que abordaron las perspectivas del desarrollo del litio en la Argentina, así como las dimensiones regionales de la actividad y el escenario geopolítico internacional vinculado a este mineral fundamental de cara a la transición energética.

De acuerdo a las estimaciones que se han hecho a nivel nacional, para el año 2030 se prevé un incremento de la demanda de 546,48% en comparación con 2020 hasta alcanzar los 2.114 kt de Mercado LCE.

En los últimos cinco años, la demanda de litio se triplicó a nivel global, lo cual motivó un incremento interanual de la inversión del 50 por ciento en 2022.

Argentina, tiene una gran oportunidad de negocios, de generación de recursos fiscales, divisas y de empleo. Sin embargo, todo eso será posible siempre y cuando el Estado tenga una participación activa de la renta minera y que haya un buen desarrollo de las cadenas locales de valor.

Los proyectos que ya están en marcha, anticipan un impacto para las exportaciones. Se puede observar que, de los 700 millones de dólares registrados en 2022, la Argentina alcanzaría los 1.100 millones de dólares a fin de este año.

Según revelaron fuentes oficiales, en litio se espera para estos años, inversiones que rondan los 7.000 millones de dólares.

La industria del litio en las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy se encuentra en una etapa de inversiones comprometidas por US$7.000 millones para los próximos años, con un fuerte crecimiento proyectado para las exportaciones superior a los US$1.100 millones para 2023, a lo que se suma la generación de puestos de trabajo y la creación de empresas relacionadas con la cadena de valor.

El litio resulta estratégico en el contexto de transición energética, y el próximo gobierno deberá analizar cómo pretende participar obteniendo rentabilidad para el país, pero sin enfrentarse a sectores claramente poderosos.

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