Avanzan las negociaciones con el FMI para fortalecer las reservas
Los funcionarios del equipo económico y del Fondo Monetario Internacional (FMI) avanzan en las negociaciones virtuales que llevan adelante en torno al programa de facilidades extendidas firmado en marzo de 2022, con el objetivo de fortalecer las reservas, entre otras cuestiones.
Así lo confirmaron fuentes oficiales, que indicaron que «las negociaciones virtuales aún no terminaron y cuando culminen, el equipo del ministro de Economía, Sergio Massa, estará en condiciones de viajar» a Washington para pasar el lápiz fino a las conversaciones en curso.
No hay nada confirmado aún, pero en principio el desarrollo de las discusiones está en buen puerto y se especula con que antes de fin de mes el viceministro de Economía, Gabiel Rubinstein, y el jefe de Asesores, Leonardo Madcur, puedan estar en condiciones de dar comienzo a las negociaciones presenciales.
Según el cronograma oficial de los próximos vencimientos, la Argentina deberá pagarle al FMI el 21 de junio alrededor de 926 millones de dólares y, al día siguiente, otros 1.787 millones de dólares.
En el Gobierno consideran prudente el margen para negociar y apuestan a que las cosas podrán cerrarse antes del 20 de junio próximo.
Aunque no lo dicen en voz alta, esta es la fecha a la que el equipo apunta en el horizonte, para dar un vuelco en las expectativas de mercado y empresarias, y poder terminar con el invierno de las restricciones de reservas.
Entre las negociaciones, el Gobierno hasta ahora dejó trascender que exigirá que se contemple el costo de la sequía, y pedirá un adelanto de los desembolsos previstos para lo que resta del año.
El monto total de lo que la Argentina pretende que sea adelantado de manera anticipada no fue confirmado.
En el frente externo, el ministro Sergio Massa viajará a China el próximo fin de semana para participar de una reunión de los países que integran el BRICS.
En ese macro, el funcionario buscará lograr un respaldo del bloque compuesto por los principales países emergentes.
Al respecto, el presidente brasileño Luis Inácio Lula Da Silva, se pronunció este fin de semana durante un encuentro del G7 realizado en Japón.
Tras mantener una reunión con la titular del FMI, Kristalina Goergieva, Lula dijo que la deuda externa “destroza” a países como la Argentina debido a que el organismo multilateral “no tiene en cuenta las consecuencias sociales” de los ajustes económicos que exige a los deudores.
”El endeudamiento externo de muchos países, que victimizó a Brasil en el pasado y hoy destroza a Argentina, es causa de una flagrante y creciente desigualdad, y requiere un tratamiento del FMI que considere las consecuencias sociales de las políticas de ajuste”, afirmó el jefe de Estado brasileño.
En conferencia de prensa, tras participar como invitado en dicha cumbre del G7, Lula contó que le pidió a la directora Gerente del FMI «que tuviera comprensión de que Argentina después de la pandemia tuvo una sequía que destruyó el 25% de su producción agrícola y eso pesa mucho».
«Le dijo que si Argentina no tenía condiciones ahora no era necesario presionarla. Vamos a darle un tiempo a la Argentina para que se recupere. Espero que lo haya comprendido», aseguró Lula.
Desde el FMI se mostraron permeables a que las negociaciones lleguen a buen puerto. «Estamos evaluando las medidas. Como hemos dicho anteriormente, seguimos discutiendo formas de reforzar el programa y salvaguardar la estabilidad a la luz de la grave sequía», señalaron voceros del FMI, que indicaron que los diálogos tienen en cuenta cómo hacer para «fortalecer las reservas».
«Esto (por la negociación) incluye políticas para mejorar la sostenibilidad fiscal y fortalecer las reservas, ambas esenciales para reducir la inflación, protegiendo al mismo tiempo a los más vulnerables», agregaron.
Massa afirmó días atrás ante empresarios de Estados Unidos con intereses en el país que en las negociación con el Fondo estaba «todo sobre la mesa» y subrayó que «la capacidad de intervención del Banco Central es irrenunciable», en referencia a la posibilidad de que la autoridad monetaria opere en el mercado de bonos para reducir la volatilidad del precio de los dólares bursátiles.
(Fuente: Télam)