Brigadistas y expertos internacionales comenzaron a sumarse este lunes a los trabajos de combate de los incendios forestales que golpean la zona centro-sur de Chile, y que ya dejaron por lo menos 26 muertos y más de 1100 viviendas destruidas.

Mientras cientos de damnificados en poblados agrícolas empiezan a levantarse después de perderlo todo, las llamas siguen activas en varias partes de este incendio que devoró 270.000 hectáreas, y cuando hay una nueva “alarma meteorológica” por calor extremo en las regiones Maule y Ñuble.

Los incendios, que cobraron fuerza desde el jueves pasado, han dejado 26 personas fallecidas, 1260 heridos y 3000 personas sin hogar, según el informe divulgado el lunes por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).

“Estamos desde el centro de acopio tratando de abastecer a toda la comunidad de acá con agüita, con los enseres más básicos que puede tener una persona”, dijo Carmen Cuevas, vecina y voluntaria en la localidad de Santa Juana, una de las más afectadas en la región de Biobío, 500 kilómetros al sur de Santiago, conmovida de ver el lugar donde nació y crio “convertido en cenizas”.

Al balance de la catástrofe se suman 1159 viviendas arrasadas por las llamas, que afectaron una superficie más grande que Luxemburgo.

La magnitud del siniestro hizo que la nube de humo también se perciba en Santiago.

“En cinco días hemos tenido una superficie quemada equivalente a lo que se suele quemar en dos años de incendios”, dijo este lunes la ministra del Interior, Carolina Tohá, y advirtió que la cifra puede aumentar por tratarse de un evento en desarrollo.

“Eso significa que tenemos que profundizar aún más las medidas que se han ido tomando, y extremar la precaución y la colaboración de todos los actores”, destacó Tohá.

Chile transcurre el verano con temperaturas récords que incluso superaron los 40°C en zonas de la precordillera.

Desde España hasta la Argentina

En momentos que el presidente Gabriel Boric y las autoridades se movilizan y reciben ayuda internacional, siguen 280 incendios activos, 69 de los cuales están siendo combatidos por 5600 bomberos y brigadistas, tanto de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) como de la empresas forestales.

Este lunes también se esperaba que entre en acción el avión DC-10 “Ten Tanker”, la aeronave estadounidense que tiene capacidad para lanzar 36.000 litros de agua desde el aire.

La noche del domingo llegó desde España un avión A330-200 que trasladó un contingente de 50 personas, incluidos seis expertos en la lucha contra incendios forestales, 38 militares del Batallón de Intervención en Emergencias y un equipo de seis pilotos para manejar drones.

La Argentina se sumó al combate de los incendios con 10 brigadistas y cinco camionetas todo terreno con equipamiento forestal. Se espera que arribe medio centenar de brigadistas más y un helicóptero Chinook.

“Muchas gracias a los hermanos argentinos. Unidos en los momentos difíciles”, respondió el mandatario chileno a un tuit del ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié.

También llegó desde México un contingente de 150 especialistas en combate de incendios forestales, entre militares y civiles.