LA SALUD DE LOS ADULTOS MAYORES

Cómo prevenir enfermedades a través de la buena alimentación

Como habitualmente se dice, ‘los años no vienen solos’, y es que el paso del tiempo trae asociados grandes cambios fisiológicos, sociales y anímicos que impactan directamente en el estilo de vida del adulto mayor. Por este motivo, una alimentación adecuada también durante esta etapa es de vital importancia a la hora de minimizar el riesgo de desarrollar distintas patologías y mejorar la calidad de vida.
En la Universidad Maza se desarrolló un estudio descriptivo, que incluyó 103 hombres y mujeres mayores de sesenta años, que voluntariamente se sumaron al proyecto. Se analizaron diversos factores: variables sociodemográficas y antropométricas, estilo de vida, comorbilidades, indicadores dietéticos y escala de depresión geriátrica. Estos datos fueron procesados a través de un programa de análisis estadístico y los resultados obtenidos arrojaron que aproximadamente el 65% de los encuestados presentó problemas en relación con su peso.
Además, el 51,5% de la población presentó exceso de peso (obesidad o sobrepeso); el 13,6% tenía peso insuficiente; el 70,9% evidenció altos valores de circunferencia de la cintura; el 6% tenía sarcopenia o pérdida de fuerza y masa muscular; el 1,9% demostró una disminución de la reserva proteica calórica.

Las falencias nutricionales más comunes

En relación a la ingesta de nutrientes, los resultados arrojaron que el consumo de proteínas fue adecuado sólo en el 25,2% y los datos referidos al consumo de vitamina B6, B12, D, calcio, zinc, cobre, hierro y magnesio mostraron que las cantidades son mucho menores a las recomendadas en un gran número de participantes, siendo el mayor porcentaje de inadecuación el de vitamina D y calcio.
En cuanto a las patologías prevalentes en la población estudiada, fueron la hipertensión arterial 52,4%; la artrosis 38,8%; la diabetes 26,2%; la dislipidemia 21,4%; el síndrome de apnea obstructiva del sueño 11,7%.
La mayoría son consideradas como Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) y están estrechamente vinculadas con estilos de vida poco saludables, en los que predomina una alimentación con elevado contenido de hidratos de carbono refinados, azúcares agregados, grasas saturadas y sal. Todo esto, sumado al sedentarismo característico de la población, conforma el escenario perfecto para desarrollarlas.

Causas del deterioro nutricional

Según la licenciada en Nutrición y docente de la Universidad Maza, Nazarena Asús, los adultos mayores pueden presentar un deterioro en su estado nutricional por múltiples factores. Algunos se relacionan con modificaciones en lo sensorial (gusto, vista, olfato, audición) que provoca la pérdida de interés por las comidas; otros tienen que ver con alteraciones en la cavidad oral (por la pérdida de piezas dentales o prótesis o a la disminución de la saliva), haciendo que sea más difícil masticar bien los alimentos. También los cambios en el aparato digestivo, en el neurológico, en el sistema inmune y el osteoarticular pueden repercutir en el estado nutricional, así como las enfermedades que pueden presentar.
Es importante destacar que el requerimiento energético comienza a ser menor con el paso de los años (dada la disminución del tejido muscular y de la actividad física) pero de acuerdo a investigaciones recientes, el requerimiento proteico tiene que ser mayor debido a la reducción de la sensibilidad o la respuesta del músculo esquelético a los estímulos. Por tanto, las proteínas cobran un rol protagonista en las personas mayores y, justamente, el estudio destaca el alto porcentaje de la población estudiada que no logra cubrir sus necesidades proteicas.
Otro aspecto fundamental tiene que ver con los factores socioeconómicos, que pueden impactar en la calidad de los alimentos consumidos y, por lo tanto, en los nutrientes aportados.

Sobrepeso

Como evidenció la investigación, el exceso de peso también afecta a las personas mayores. “En los últimos años, la prevalencia de obesidad en adultos mayores ha aumentado; en la Argentina, de acuerdo a la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, el 70% de las personas de 65 años o más presentaban exceso de peso: el 42%, sobrepeso y el 28%, obesidad. Por lo cual, no son sorprendentes los resultados encontrados”, explicó Asús.

Peso insuficiente

Existen posibles causas que se conocen como las “9D” de la pérdida de peso en el adulto mayor, y son las siguientes: demencia, depresión, disease (enfermedad aguda o crónica), disfagia, disgeusia, diarrea, drogas (fármacos), dentición y disfunción (discapacidad funcional).

Depresión

Los factores anímicos también tienen un rol significativo dentro de la alimentación. De hecho, otro dato importante obtenido es que el 14,6% presentó depresión probable y el 6,8% depresión severa, algo que podría estar directamente relacionado con la soledad y el aislamiento en el que viven muchas personas de esta edad. Esto puede influir tanto en la malnutrición por déficit como por exceso, teniendo en cuenta que, en estas condiciones, la hora de la comida y el proceso previo a su preparación pueden suponer un significativo desgaste físico, e incluso, emocional.

Conclusiones

Este estudio refuerza la importancia de que todas las personas mayores cuenten con una evaluación del estado nutricional realizada por un licenciado en Nutrición, a fin de realizarse un abordaje personalizado. Resulta vital considerar todos los factores que pueden impactar de manera directa o indirecta en el estado nutricional, no sólo para quienes conviven con adultos mayores sino también para quienes cuidan de ellos. (Fuente: Argentina Investiga)

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