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The Wild: La leyenda del Rock – Parte 28

Agosto de 1975: Entra Rosmarie
En su estadía en la celda del Police Bureau of Illinois, Smog compuso dos canciones. Una de ellas fue “Patsy loves me (Patsy me ama)”, que Smog tocara algunas veces en su etapa solista, y la otra fue la archiconocida “Crazy, Smoked, Stinky (Loco, fumado, apestoso)”, la cual, poco después, le fuera robada arteramente por Frank, quien le cambió un poco la letra y la llevó (sin Smog, por supuesto) al número uno de los billboards estadounidenses, lo cual generó otro ataque de furia de Smog, que luego derivó en un estado permanente de locura. 1
Lo cierto es que, a partir de esta ruptura, la banda eligió un nuevo guitarrista, y tuvieron una colosal idea, algo que hasta el momento a nadie se le había ocurrido, y pasarían muchos años para que este hecho se repitiera: como primera guitarra eligieron a una mujer, una joven virtuosa de 17 años, aún con braquets en la boca, de estatura pequeña, dedos finos, y un gusto y una velocidad para tocar inigualables. Se llamaba Rosmarie Dell, de quien se dice que podía tocar escalas modales en cuatrifusas, y hacer tapping con los cinco dedos de la mano derecha, algo que nadie logró hasta el momento. De pronto, casi sin quererlo ni esperarlo, Rosmarie se había convertido en la primera mujer guitar leader de THE WILD, la megabanda de rock de la historia, nada más ni nada menos que la banda que estaba destinada a ser la más famosa y exitosa de todos los tiempos.
Si bien existían varias cantantes mujeres muy famosas, debemos convenir que, en sus comienzos y hasta muy entrados los 80, el rock fue claramente machista. Las bandas de rock pesado, de rock sinfónico, de blues y progresivas de la época estaban formadas, inexorablemente, por hombres. El rock, hasta THE WILD, relegó a la mujer a la función de fan. Salvo excepciones como Janis Joplin, Tina Turner y otras que se convirtieron en súper estrellas, la presencia femenina en las bandas de Rock era limitadísimas. Salvo las cantantes, muy pocas eran instrumentistas activas de una banda, y las que lo eran, no eran la primera guitarra.
El lugar del cantante pertenecía a Frank, y la banda no podía aceptar a otro en la primera voz. De todas maneras, nadie hubiera pensado que Smog podía ser reemplazado fácilmente, incluso muchos lo hubieran considerado imposible. Pero Frank lo podía todo, arrasaba con todo. Su inmenso ego lo llevaba a hacer los desastres más terribles, pero al mismo tiempo, de la misma forma en que agredía y destruía, también lograba genialidades propias de un ser diferente. No solamente la genialidad de producir continuamente canciones trascendentales que producían todo tipo de emociones en los jóvenes, incluso en los no tan jóvenes, sino también la maestría para tomar decisiones increíbles que lo catapultaban cada vez más al cénit del éxito.
● Trastornos depresivos, de ansiedad y disociativos fue lo que, tiempo más tarde, le diagnosticó la Doctora Amanda McKnight, del Instituto La Amistad Adults Camp, Orlando

Continuará…

Por Carlos Alberto Nacher
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