EL PRESIDENTE ELECTO POSICIONA AL YACIMIENTO NEUQUINO COMO UN GRAN PRODUCTOR DE DIVISAS

Las empresas petroleras presionan para tener más ventajas en Vaca Muerta

Como consecuencia de la fuga de divisas, que es un fenómeno que se da desde hacer varios años en Argentina, pero que se incrementó considerablemente en los tiempos más recientes, el presidente electo, Alberto Fernández, cuenta con una necesidad imperiosa para generar dólares.
Esto último es de vital importancia ya que se necesitan para hacer frente al pago de la deuda pública y también para la reactivación de la economía, que ya puso el foco sobre el desarrollo de Vaca Muerta, el yacimiento neuquino que logró revertir el déficit energético a través de la explotación de shale oil.
En las últimas horas circuló también un borrador de un proyecto de ley que impulsaría Guillermo Nielsen, uno de los principales, asesores económicos del próximo titular del Poder Ejecutivo nacional, en el cual se prevén beneficios fiscales y cambiarios para favorecer a las empresas que operan en dicha cuenca.

Ganancias para 2030

Puntualmente, la iniciativa funcionaría como una suerte de “blindaje”, lo que despertó fuertes expectativas en el sector, ya que de acuerdo a las proyecciones de la consultora Analytuca podría llegar a exportar petróleo y gas por 16.854 millones de dólares en 2030, frente a los 1.476 millones de dólares actuales.
No obstante, los profesionales de la materia afirman que este salto considerable sólo podría darse en un escenario en el que no se implemente un “precio límite”, como sucedió con el último congelamiento a los combustibles. En caso de que Fernández adopte medidas similares a las últimas que implementó el actual presidente, Mauricio Macri, las divisas generadas alcanzarían unos 6.114 millones de dólares dentro de 10 años.
A su turno, expertos del rubro también cuestionaron tanto la supuesta iniciativa del ex secretario de Finanzas como el trabajo elaborado por la firma, al que consideraron un “wishfull thinking” (ilusiones) y exagerado en sus pronósticos.
Particularmente, el economista Rodrigo Álvarez indicó que la inversión acumulada llegaría a fin de año a 39.800 millones de dólares, lo que implicaría un incremento anual de 5.300 millones de dólares respecto al flujo observado hasta 2018.
De hecho, una publicación realizada en BAE Negocios aseguró que desde el sector hidrocarburífero se desestimó la cifra antes mencionada y proyectada por quienes se harán cargo de la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre y habló de 3.000 millones de dólares de inversión en 2019 y 5.000 millones de dólaresen 2020, en una estimación optimista. Además, vinculó la circulación del informe a la presión de las petroleras para aprobar un régimen impositivo especial para Vaca Muerta como el que habría redactado Nielsen.

“Festival de subsidios”

Otro conocedor de la política tarifaria cuestionó que pueda llegar a plantearse “un festival de subsidios”, que podría derivar en una “transferencia innecesaria de riqueza” a Neuquén, que de esta forma se transformaría en una suerte de “economía de enclave”.
La presentación de Analytica sobre Vaca Muerta muestra que en 2030 la formación dejaría un saldo comercial de 12.238 millones de dólares si se descuentan las importaciones y de 9.790 millones de dólares si se tiene en cuenta los dólares que se irán por la cuenta financiera.
Para la consultora, dentro de diez años la producción de shale oil y shale gas alcanzará los 32.500 millones de dólares frente a los 4.000 millones de dólares actuales, siempre y cuando haya “un vector de precios relativos razonable”, caso contrario el volumen medido en moneda dura sería de 11.300 millones de dólares. Es decir, en vez de multiplicarse por 8, “sólo” se triplicaría.
En tanto, expertos consideraron estas cifras como una expresión de deseos “como los de Arriazu”, otro consultor que suele pecar de optimista a la hora de estimar el impacto que puede tener el shale en la macroeconomía argentina.
En ese sentido, Álvarez sostuvo que en un escenario de “wait and see” habrá “desconfianza inversora” en 2020, pero se retomarán las tasas de crecimiento de la inversión en 2021. Por su parte, si se aplica una política de mayor intervención sobre los precios habrá “un límite a la rentabilidad” de las compañías de petróleo y gas que se verá reflejado en los precios.
Asimismo, el “peor escenario” para la provincia patagónica en donde se encuentra Vaca Muerta sería un crecimiento del 34% de su producto para 2030, mayor al 16% que tendría la Argentina si se tiene en cuenta el promedio entre 1980 y 2019. En el mejor, la provincia multiplicará su economía por tres.
Asimismo, Álvarez consideró que •con el congelamiento de precios se genera un buen punto de entrada• y que en 2019 el país logrará el autoabastecimiento energético y el equilibrio en el balance cambiario del sector.
En otro orden, en el trabajo también se advierte por los cuellos de botella en el transporte y la exportación para el petróleo y el gas, respectivamente, ya que la producción ya estaría por alcanzar el máximo de capacidad y disponibilidad para el lapso 2020-2023.

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