Afirman que relajar la política monetaria contribuye a sortear la crisis

Durante su campaña presidencial, el presidente electo Alberto Fernández le pidió tres cosas al Banco Central: que dejara de perder Reservas; que atenuara la depreciación del peso y que relajara la tasa de interés. En ese contexto, la consultora Ecolatina afirmó que una relajación de la política monetaria contribuiría a sortear la crisis económica, aunque con riesgo en el largo plazo.
En su último informe publicado este domingo aseveró que el endurecimiento del control de cambios estabilizaría al dólar, lo que restaría presiones sobre la inflación, dando el pie para revertir la pérdida de poder adquisitivo. Mientras que una menor tasa de interés impactaría en la economía real, alentando el consumo y la inversión productiva producto del menor rendimiento de los ahorros en pesos y la imposibilidad de ahorrar en divisas, ayudando a superar la recesión.
No obstante, destacó que estas medidas “conllevan riesgos inherentes y generan ciertos desajustes que será necesario corregir más adelante, a la par que su éxito no está asegurado”.
“El endurecimiento del control de cambios reprime la demanda de moneda extranjera para atesoramiento aumentando vis a vis la brecha con los mercados paralelos. Esto genera mayor incertidumbre y volatilidad, desalentando gastos a mediano y largo plazo. Además, torna muy costoso invertir en nuestro país para las empresas que también operan en otros mercados, producto de las dificultades para obtener moneda extranjera. En consecuencia, aunque su efecto de corto plazo sería estabilizador, condicionará el crecimiento en el mediano plazo”, analizó.
Por otro lado, sostuvo que mientras que las importaciones se realicen al tipo de cambio oficial, el cepo atenuará las presiones inflacionarias. Y agregó que en este sentido, bajo un escenario de demanda interna reprimida, la tentación de atrasar el tipo de cambio –lo que suele redundar en una mejora rápida del poder adquisitivo- no es menor.
“Sin embargo, considerando los elevados compromisos de deuda en moneda extranjera que posee nuestro país y que el acceso a los mercados de crédito difícilmente se reabra en los próximos meses, caer en esta tentación sería muy nocivo para nuestras exportaciones (las cuales además podrían estar gravadas con mayores retenciones que las actuales) y, en consecuencia, para la actividad económica”, advirtió.
En esa línea, afirmó que tampoco es del todo seguro que la menor tasa de interés alentará a la inversión y al consumo. Consideró que si bien el costo de financiamiento bajaría, la demanda interna seguirá deprimida, así como el poder adquisitivo.
“Producto de los malos e inesperados resultados de los últimos años, es probable que exista una reticencia a gastar que difícilmente se revierta en el corto plazo. Además, las tasas de interés y la recesión de los últimos doce meses dejaron muchos agentes con hojas de balance críticas (por caso, la tasa de morosidad del sector privado más que se duplicó entre agosto de 2018 e igual mes de 2019) de modo que, aun cuando lo desearan, no serían sujetos pasibles de crédito”, añadió.
Según Ecolatina, la decisión de hacer la política monetaria un poco menos contractiva implica un cambio en relación a la dinámica que venía observándose en el último año.
“Veremos si la transición en el Poder Ejecutivo también implica una transición en este frente, pasando a una dinámica no solo menos contractiva sino también más expansiva”, concluyó.
(Fuente: Ámbito Financiero)

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