ESCRITOS DEL NUEVO TERRITORIO

No has terminado aún

Por Alejandro Lodes

Iniciando el décimo ensayo. Despierta, necesito que intentes mover tus extremidades. Trabajamos muy duro todos estos años en nuestro proyecto, en volverte a la vida. Debemos entrenarte para que puedas usar tu nuevo cuerpo; todavía necesitamos hacer algunas calibraciones, por lo que no estarás listo para el exterior durante un tiempo. “Ojalá fuera tan fácil volver a comenzar”.

Experimento unos problemas en la visión y, al poco tiempo, una lágrima recorre mis ojos. No pueden explicarlo con exactitud, aunque culpan al proceso de fabricación del lagrimal. A nadie le gusta estar solo. ¿Cómo fue que terminé así? Con frío en mi interior humano, apagan las luces y se siente el vacío del olvido. “Es solo temporal, ya vas a superarlo”.

Me dejaron trabajar en el área de Investigación para aprender y adaptarme a la nueva tecnología. Con el pasar de los meses, entendí que mi parte humana evitaba que fuera una simple chatarra que procesa datos. Aguardaba que alguien me diera las respuestas a las fallas en mi visión, pero “todos tienen sus secretos”, mientras los míos están expuestos, porque no sé mentir.

Algo pasó entre la mezcla de mi dramatismo y lo que creía que estaba ocurriendo. Necesitaba sentir la libertad nuevamente, de modo que, mientras nadie se encontraba cerca, me dirigí hacia la azotea y me paré en el borde del edificio. Simplemente, para tener el mundo frente a mis ojos.

Quisiera caer, que esto termine y llegar hasta el fondo. Literalmente. Algo me detiene, puede que en mi programación esté prohibido autodestruirme. No tengo pruebas para demostrarlo, pero creo que mi cuerpo robótico aún puede sentir emociones. Vuelvo a sentir los glitches, una y otra vez, y una lágrima cae al vacío, en un largo camino desde el piso 39 hacia el asfalto.

Debo encontrar una manera de arreglarlos; por ahora, sé que con cada emoción que experimento, aparecen. Debo descargarlos en una computadora para ver qué significan. Tras procesar los recuerdos binarios de las últimas horas, pude separarlos en fotogramas. Eran imágenes de Ella. Recuerdos. Entonces, comencé a recolectarlos y unirlos, hasta que aquellas vivencias, finalmente, comenzaron a fluir.

La observo a través de la ventana con un ramo de flores en mi mano, cuando un auto se acerca. Tenía que irme, pero necesitaba ver un poco más. Un hombre ingresa a la casa y una niña lo recibe, al grito de “¡Papá, papá! ¡Qué bueno que llegaste temprano!”. Mientras Ella lo besa y todos en familia se ven felices, me invade una sensación de tranquilidad saber que pudo seguir con su vida.

Las fallas en mi vista comienzan de nuevo, miro mis manos artificiales para concentrarme y lograr que desaparezcan. Algo no está bien. Mis brazos comienzan a temblar y luego el resto de mi cuerpo. Los glitches han empeorado y puedo recordarlo todo, incluyendo mis últimos momentos como humano. Obscuridad, sangre, una caída, el destino, mis errores, las lágrimas, una copa de vino.

Su núcleo entró en un bucle, va a ser necesario que lo reiniciemos”.
No funciona, ¡está entrando en shock! Si no hacemos algo, lo vamos a perder para siempre”.
Eliminen todos los datos almacenados desde que despertó. No podemos arriesgarnos de nuevo, por lo cual esta vez haremos unos cambios en el ensayo”.

Despierta, Alejandro. Tu cuerpo ha sido reconstruido y necesito que comiences a moverte para realizar las últimas calibraciones. Mira hacia tu derecha, ella será quien te acompañe durante todo el proceso, en unos momentos va a despertar. Su nombre es…

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