EN ARGENTINA, UNA DE CADA CINCO PERSONAS SUFRE ESTE PADECIMIENTO

La alergia, un mal de la modernidad

Hoy en la Argentina, una de cada cinco personas padece algún tipo de alergia, siendo el asma la principal afección. Y esa cifra va en aumento. Es por eso que durante la Semana Mundial de la Alergia -del 13 al 19 de abril de cada año- se busca que la población empiece a tomar conciencia.

En el resto del mundo las estadísticas no son menores. La Organización Mundial de la Alergia sugiere que 400 millones de personas padecen de rinitis alérgica, que es la más común de todas, y 300 millones asma -número que se calcula llegará a 400 millones para 2025- y que aumenta rápidamente en los niños.

Lo que se conoce como rinitis alérgica es provocado por la inflamación de la mucosa de las fosas nasales que se manifiesta por síntomas como estornudos, rinorrea -mucosidad nasal acuosa-, picazón de la nariz y bloqueo nasal a báscula, es decir, la nariz tapada en forma alternada en ambos orificios. Por su parte el asma es una afección respiratoria crónica, caracterizada por la inflamación de la vía aérea con incremento de mucosidad y contracción del músculo bronquial cuyos síntomas son sibilancias -silbidos al respirar-, opresión en el pecho, falta de aire y tos.

En algunos casos, existe una vinculación entre el asma y la rinitis alérgica. De acuerdo con investigaciones desarrolladas por Fundaler -la Fundación para el Estudio del Asma y otras Enfermedades Alérgicas- el 80% de los pacientes con asma tiene también rinitis y el 40% de los riníticos tiene asma.

Por qué afectan más a los chicos

Los niños que padecen rinitis alérgica tienen de 4 a 6 veces más posibilidades de llegar a tener asma. La prevalencia de la rinitis alérgica en los niños de 6 años es del 39,9 por ciento y tienen un factor de riesgo de llegar a tener asma de 4,05. A los 12, prevalencia decae al 33% y el factor de riesgo asciende a 6,17.

Cuando ambas afecciones no están adecuadamente tratadas, representan una de las mayores causas de ausentismo escolar y laboral, informa el doctor Natalio Salmun, médico neumonólogo, especialista en alergia e inmunología (MN 21.522) y presidente de Fundaler. «Sucede que el no poder respirar por la nariz obliga a respirar por la boca, lo que muy frecuentemente provoca alteraciones en el sueño y puede impactar en un niño, por ejemplo, en el rendimiento escolar. Por esto es de suma importancia la educación del paciente y su familia para que colaboren activamente con su médico en el tratamiento adecuado, disminuyendo su costo directo e indirecto, evitando el ausentismo escolar y laboral, mejorando así la calidad de vida del paciente y disminuyendo su impacto social».

¿Por qué las alergias los afectan cada vez más? Son cada vez más frecuentes debido a una multiplicidad de causas: las condiciones ambientales complejas de las ciudades por la contaminación ambiental, la diseminación de alergenos, la exposición al humo del tabaco y los cambios climáticos.
En el mundo, se calcula que 1 de cada 5 niños tiene rinitis
Y la mayoría de las veces está acompañada de otras afecciones como sinusitis, conjuntivitis y asma que dificultan el control de esta afección respiratoria crónica, según advierte desde Fundaler.

De qué se trata

¿Quién no convive con alguien alérgico hoy en día? La alergia es una enfermedad inmunológica que afecta a países desarrollados. La identificación de los alérgenos que la inducen y la incorporación de nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas mitigarán los efectos de esta enfermedad, que reduce la calidad de vida del paciente y provoca un alto absentismo laboral.

La alergia es una alteración del sistema inmunológico producida por una enorme variedad de sustancias, tanto biológicas como sintéticas, siendo los pólenes, alimentos, ácaros, epitelios de animales, venenos de insecto, látex y fármacos diversos, las fuentes de sensibilización más frecuentes (Fig. 1). Mediante inhalación, ingestión, inyección e incluso contacto, estas sustancias son capaces de atravesar las barreras físicas -mucosas, epidermis- de nuestro organismo y alcanzar los centros neurálgicos del sistema inmunológico.

Los antígenos (alérgenos) que provocan estas respuestas anómalas son proteínas o glicoproteínas o compuestos de síntesis, inocuos para un alto porcentaje de la población, pero que provocan en el alérgico una reacción de hipersensibilidad mediada por una clase minoritaria de inmunoglobulinas, las IgE. El contacto reiterado de un mismo alérgeno con las IgEs en la superficie de unas células especializadas (mastocitos y basófilos) desencadena un variado y molesto repertorio de síntomas como rinitis, conjuntivitis, asma, diarrea y, en casos extremos, un shock anafiláctico.

Durante las próximas décadas convivir con la alergia va a ser una tarea habitual para gran parte de la población mundial. El ritmo actual de crecimiento de la incidencia de esta enfermedad hace prever que el 50% de los habitantes de los países industrializados se verán afectados en la década de los 40. Aquellos países más desarrollados, donde los umbrales de higiene son elevados y donde existen fármacos frente a enfermedades ancestrales, serán sus víctimas propicias.

¿Qué fuentes biológicas afectan?

En primer lugar, los pólenes, que originan verdaderos estragos entre la población en determinadas épocas del año. Pólenes de gramíneas o de Cupresáceas, o del género Berbéris abundantes en nuestra estepa. También la halófila Salsola, ese arbusto que rueda por los escenarios de tantas películas del Oeste, y que ahora abunda en las zonas devastadas por la cada vez más recurrente sequía o los fuertes vientos patagónicos.

En segundo lugar, la alergia alimentaria, que es especialmente grave por los síntomas que desencadena, por su especial incidencia entre la población infantil, y por la presencia oculta de alérgenos en alimentos envasados.

Por último, los fármacos producen alergias que comprometen a una parte de la población que es tratada, muchas veces sin otras alternativas, con dichos compuestos.
Las alergias ocupacionales surgen asociadas a actividades laborales concretas. Cada vez es mayor el porcentaje de trabajadores que las desarrollan frente a materiales con los que están en contacto permanentemente. Por ejemplo, los panaderos y las harinas, los pintores y los disolventes, los trabajadores de almazaras y las aceitunas, chacareros expuestos a pesticidas, o el personal sanitario y su vínculo con el látex. Surge así una alergia que puede llegar a incapacitar al individuo para el desarrollo de su tarea profesional y que constituye un gran problema sanitario que implica importantes pérdidas socio-económicas.

En el caso de la alergia el principal tratamiento curativo se lleva a cabo desde hace 100 años. Consiste en inyectar periódicamente al paciente extractos de fuentes alergénicas con el fin de lograr su desensibilización gradual. Esos tratamientos son mejorables pues originan frecuentes reacciones adversas y nuevas sensibilizaciones a otros componentes del extracto. En la actualidad, uno de los objetivos prioritarios de investigación es la obtención de una colección de alérgenos purificados de cada fuente biológica para poder realizar el diagnóstico y posterior tratamiento de una forma más segura y eficaz.

Este panel mínimo de proteínas, apenas un 0.02% del total de todas las presentes en los extractos, puede suponer a veces más de veinte moléculas diferentes cuya identificación y caracterización es imprescindible a la hora de reemplazarlos. Las técnicas de ingeniería genética han permitido optimizar la producción de estos alérgenos, a veces tan escasos en los materiales de los que proceden, mediante su síntesis a gran escala en bacterias y levaduras. La manipulación de sus genes permite además obtener variantes con efectos alergénicos atenuados que puedan funcionar como vacunas, similares a las empleadas contra infecciones bacterianas o víricas.

Es además aceptado que con los métodos convencionales utilizados habitualmente en las consultas médicas se produce un alto porcentaje de diagnósticos erróneos. Uno de los principales motivos es la reactividad cruzada que se produce por la presencia de epítopos comunes en fuentes biológicas de muy diverso origen, lo cual provoca polisensibilizaciones en los pacientes. El diagnóstico molecular realizado a partir de alérgenos puros permitirá prescribir vacunas mucho más sencillas y seguras que las empleadas en la actualidad.

Por esta razón, las empresas farmacéuticas han iniciado una carrera para obtener esas proteínas que les permitan realizar un eficaz diagnóstico clínico.
Aunque esté todavía por llegar un tratamiento personalizado de cada paciente, la identificación precisa del agente causante mediante un buen diagnóstico, la investigación de nuevas vías y formatos de administración de las vacunas, y un profundo análisis de los mecanismos celulares que se producen en respuesta a estos tratamientos, mejorarán sin duda la calidad de vida de estos enfermos que, en breve, serán multitud.

Fuentes: Asoc. Arg. de Alergia e Inmonología Clínica; Fundaler, Redinmunos. Org.

11 consejos para protegerte de la alergia estacional

Es tiempo de atardeceres dorados; rosales, buganvilias y geranios acarician nuestro olfato, las flores comienzan a colorear el paisaje. Se anuncia la llegada de la primavera, estación del año que posee el clima ideal y que puede ser percibida por todos nuestros sentidos. Pero las personas alérgicas al polen no la perciben de manera tan poética, pues para les representa la temporada de estornudos, comezón en la garganta, molestias nasales y congestión.
Este tipo de malestar es la alergia estacional, también conocida como “fiebre del heno”; es una reacción de hipersensibilidad hacía las esporas y el polen de las plantas. Cuando estos factores empiezan a presentarse, sus efectos se hacen notar en nuestro organismo.
Este tipo de alergias es una de las más comunes entre la población en la época primaveral. El polen se encuentra en el aire, por lo que es imposible evitarlo, pero podemos tratar de controlar las reacciones alérgicas.
Las personas alérgicas a este componente vegetal que predomina en la primavera sufren síntomas como estornudos, escozor de ojos, congestión nasal, picazón en la garganta y ojos, congestión, molestias nasales e irritación de las mucosas que se producen debido a la concentración de polen y partículas en el ambiente.
. Fortalece tu sistema inmunológico. Es importante que fortalezcas las defensas de tu organismo. Procura comer cítricos como naranja o mandarina, ya sea en zumo o entera. La vitamina C contribuye a que las defensas estén fuertes.
. Evita salir al amanecer y atardecer. Durante estas horas el polen está más presente en el ambiente. Para saberlo, puedes estar atenta a los avisos meteorológicos por concentración de polen en el aire.
. Ejercítate en espacios cerrados. Si te gusta ejercitarte, de preferencia opta por hacerlo en espacios cerrados; si haces ejercicio al exterior, puedes sentirte fatigada y menos productiva.
. Consulta a un especialista. Si percibes que los efectos son graves e intensos, lo mejor es que acudas con un alergólogo para que te recete el tratamiento adecuado.
. Lávate manos y cara recurrentemente. Mantenerte aseada mediante una ducha al llegar a casa es la mejor acción para evitar portar polen y estar lo más limpia posible.
. Mantén cerrada tu casa. Evita abrir las puertas y ventanas de tu casa, la circulación de aire puede afectarte. En su lugar, usa humidificadores y si tienes aire acondicionado, asegúrate que tenga un filtro antipolen, te será de gran utilidad. Recuerda que mantener tu casa limpia es fundamental para eliminar cualquier resquicio de polen que pueda afectarte.
. Usa gafas para sol. Procura salir a la calle con gafas para el sol, de este modo cuidarás que tus ojos estén en contacto directo con el polen, reduciendo en gran medida las molestias.
. Filtro para tu auto. Coloca en tu coche un filtro antipolen y evita conducir con la ventana abierta.
Evita fumar. Podría agravar tu situación y provocarte fuertes ataques de tos y estornudos.
. No te automediques. Lo mejor es que visites a un especialista para que te recomiende el tratamiento adecuado, principalmente si es la primera vez que experimentas una reacción alérgica en primavera.
. Busca un ambiente tranquilo. Una buena opción para ahuyentar la alergia primaveral es pasar unos días en un ambiente tranquilo; si no puedes irte de vacaciones, aprovecha los fines de semana para salir de la ciudad y de la rutina.

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