Investigadores del CONICET relevan la enorme diversidad de aves en Argentina
Conocer es el primer paso para comenzar a pensar estrategias de conservación pública de la naturaleza. Pero según indican dos especialistas en la ecología de aves, todavía falta relacionarnos más como sociedad con los animales silvestres con los que compartimos nuestro entorno.
“En una primera mirada, si se le pregunta a una persona que se encuentra en las playas de Puerto Madryn (provincia del Chubut) por ejemplo, que aves vuelan próximas, es probable que la respuesta sea gaviotas. Sin embargo si la observación es más atenta verá que junto a ellas sobrevuelan muchísimas más especies como cormoranes, chorlos, y patos, entre otras”, afirman los investigadores asistentes del Centro Para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR, CONICET-CENPAT), Alejandro Gatto y Nora Lisnizer.
Más allá de sus trabajos de investigación que abarcan la ecología de los ensambles de aves, los desplazamientos estacionales de poblaciones entre diferentes ambientes y la ecología trófica, entre otros, desarrollan una serie de actividades de divulgación para que las personas aprendan a proteger la fauna que habita su entorno.
“Buscamos abrir la ventana de la curiosidad. Es muy importante comprender, cómo seres humanos, que no estamos solos y que hay otros animales compartiendo el ambiente donde vivimos. Observar golondrinas, diferentes aves playeras u otras que recorren grandes distancias en sus migraciones genera en las personas una emoción espontánea y a la vez importante y duradera”, comenta Lisnizer.
La urbanización impensada
Algunas de las acciones que atentan contra la conservación de las aves se encuentran asociadas a la modificación de los ambientes donde los animales viven, se alimentan y reproducen o que utilizan como sitios de parada durante sus viajes migratorios.
“Cualquier transformación del ambiente natural tiene un costo para la fauna que lo habita. Por ejemplo, existen varias aves que viven solo en la eco región del Monte, un ecosistema semiárido que se ubica en el norte del país y llega al norte de la Patagonia y que además es endémico de la Argentina. Aunque pocos lo vean, se encuentra muy amenazado y de hecho posee una tasa de desmonte que es superior a la de las selvas tropicales. Este ambiente tiene en general un nivel de resiliencia bajo. Es decir, si se modifica, es poco probable que regrese a su estado natural original. Estos cambios no implican solo una alteración del suelo o de la flora, sino que suponen una pérdida de gran parte de los animales asociados a esta región”, asegura Gatto.
Aprender a mirar
Para los científicos el contacto directo de las personas con la naturaleza permite una sensibilidad que incentiva el conocimiento y una valoración de la flora y la fauna autóctonas de su región.
“Las aves son especialmente fáciles de ver y de identificar. Son llamativas y en ocasiones, casi sin quererlo, estamos al aire libre y las estamos observando. Las vemos en todos lados: en la plaza de una gran ciudad y en el cielo de un paraje inhóspito. Uno solo tiene que sentarse un rato en cualquier lugar e inmediatamente las aves serán uno de los primeros animales que aparezcan delante de nuestros ojos. Es por eso que son un gran nexo entre la ciencia, la conservación y la sociedad”, explica Lisnizer.
Según destacan, existe un punto de inflexión. “Una vez que se mira el cielo y se comienza a identificarlas, no hay vuelta atrás. Nunca más van a pasar desapercibidas delante de los ojos de quién las sabe observar”.
Navegar el cielo
En el Centro Científico Tecnológico CONICET-CENPAT, son muchos los grupos de investigación que se dedican a temas vinculados a la investigación y la conservación de las aves y es por eso que es frecuente que los científicos elaboren estrategias para compartir su conocimiento con la comunidad.
Durante los meses de verano, Nora Lisnizer y Alejandro Gatto elaboraron, en conjunto con Napraclub – un club dedicado a actividades náuticas recreativas en Puerto Madryn – un material de divulgación científica con información de las aves más comunes presentes en la costa de la ciudad y fotos del reconocido fotógrafo de vida silvestre Darío Podestá, profesional adjunto del CONICET. El objetivo fue promover en las personas que en la temporada toman clases de windsurf, kayak y otras actividades de playa, un sentido de observación y valoración de las aves con las que tienen contacto directo durante sus actividades.
Colaboraron además, junto a un grupo de varios especialistas en el desarrollo de una guía digital de campo de las aves de Argentina, en formato aplicación gratuita para tablets y celulares, junto a un grupo de varios especialistas coordinados por Marcelo Canevari y Mauricio Manzione, Este proyecto que incluye 365 especies comunes y emblemáticas fue desarrollado por Aves Argentinas en el marco de su centenario, con el apoyo del Ministerio de Turismo de la Nación y la Administración de Parques Nacionales. Fue lanzada al público recientemente y se puede acceder a través de la página web http://www.avesargentinas.org.ar/app