Monos con Navaja

Por Dra. Patricia Chambon de Asencio www.patriciachambon.com

“El rango de lo que pensamos y hacemos está limitado por aquello de lo que no nos damos cuenta. Y es precisamente el hecho de no darnos cuenta de que no nos damos cuenta, lo que impide que podamos hacer algo por cambiarlo. Hasta que nos demos cuenta, de que no nos damos cuenta seguirá moldeando nuestro pensamiento y nuestra acción.” R.D. Laing
“Bruja diabólica, deberían quemarla!” La frase resaltó ante mis ojos entre los numerosos comentarios que se emiten de continuo en las redes , sin medir las consecuencias de lo que pueden ocasionar, sin ser verdaderamente conscientes del efecto que puede tener sobre otros. Esa frase cargada de emotividad, fue sentida, pensada y escrita por alguien, en una red social. Esa misma noche, quizá casi al mismo tiempo, en un barrio de los suburbios más carenciados de esta pequeña ciudad, un varón intentó prenderle fuego a “su” mujer. Un hombre movido por emociones violentas dispuso que esa mujer debía ser quemada. La intervención oportuna de la policía frustró el hecho. Espeluznante coincidencia!
Se sigue clamando justicia y la cárcel para los agresores, criminales y corruptos…mientras se continúa emitiendo miríadas de comentarios, juicios y críticas cargados de emocionalidad donde sea que fuere…en la calle, en el noticiero, en la cola del supermercado. El lugar no es importante, lo importante parece ser poder evacuar tamaña cantidad de odio, resentimiento, venganza y cualquier otra cosa que incomode, de cualquier forma, lo antes posible. Qué idea tan particular de la justicia!
La corrupción, el abuso y la violencia (de género y en todos sus aspectos), tienen su origen en algo muy profundo que cala hondo en la psiquis de cada individuo. Por eso estos males no se terminan con un dictamen o con una orden judicial…porque así la raíz permanece intacta. La raíz está activa en cada uno de nosotros. La solución definitiva no es “meter en la cárcel” a algunos o muchos. Es mucho más compleja que eso! Estos temas enraizados, forman parte del entramado social, de la educación, de las creencias que continúan validándose como ciertas y conforman la herencia cultural. Constituyen un Paradigma decadente que se está desmantelando pero aún continúa vigente.
La corrupción, el abuso y la violencia son difíciles de erradicar y continúan sosteniéndose porque día a día , cada uno de nosotros, les damos alimento con nuestras emociones y pensamientos, que se transforman en palabras y acciones. Esta forma de actuar está instalada en nuestras vidas y la vivimos como algo habitual, sin darle importancia, sin conectar con el significado más profundo, sin tomar consciencia que allí mismo está el germen de tanto sufrimiento. Viene a mi memoria una triste frase que alguien muy representativo de nuestra actualidad política dijo en una entrevista de tv “En el fondo a todas las mujeres les gusta que le digan un piropo. Aquellas que dicen que se ofenden, no les creo nada. No puede haber nada más lindo que te digan qué linda sos por más que vaya acompañado de una grosería…está todo bien! “. Esta triste frase es el ejemplo de cómo se puede tergiversar una realidad al creer que “es así” para todos. Cuando se emite este tipo de juicios se está validando un viejo paradigma patriarcal de forma no consciente, creyendo que es la “verdad “. Sostener este argumento como una verdad generalizada es dar por sentado tácitamente que a las mujeres les gustan que las maltraten. De ahí en más… todo es posible. No existen groserías inocentes…ni “está todo bien” . De una vez por todas tenemos que darnos cuenta de lo que somos! Seres sintientes y pensantes, creadores de realidades que compartimos. Mientras no nos demos cuenta de esto, mientras no conectemos o relacionemos nuestra realidad individual con la realidad colectiva, vamos a seguir clamando histéricamente justicia mientras continuamos destrozando nuestro entorno al igual que “monos con navajas”.
El malestar y el sufrimiento social no se terminan hasta que cada uno asuma la parte que le corresponde en el Gran Guiso donde todos nos estamos cocinando. Hasta que cada cual sea consciente de su propia Sombra y deje de proyectarla en los demás.
Releo palabras de Connie Zweig en “Encuentro con la Sombra” y compruebo su total vigencia: “Hoy en día cada vez que abrimos un periódico o vemos un noticiero tropezamos cara a cara con los aspectos más tenebrosos de la naturaleza humana. Los mensajes emitidos a diario por los medios de difusión de masas a toda nuestra aldea global electrónica evidencian las secuelas más lamentables de la Sombra. El Mundo se ha convertido en el escenario de la Sombra Colectiva. Nuestra época nos ha forzado a ser testigos de este dantesco espectáculo. No hay forma de eludir el espantoso y sombrío fantasma invocado por la corrupción política, el fanatismo terrorista y los criminales de cuello blanco. De este modo mientras que muchos individuos y grupos viven los aspectos socialmente más benignos de la existencia, otros en cambio, padecen las facetas más desagradables y hasta terminan convirtiéndose en el objeto de las proyecciones grupales negativas de la Sombra Colectiva. El poder hipnótico y la naturaleza contagiosa de estas intensas emociones resulta evidente en el proceso de creación de enemigos”
Para dejar de ser un “mono con navaja” hay que darse cuenta que en las manos uno tiene un elemento que, usado caprichosamente, puede ser muy destructivo y muy útil si se aprende a usarlo. Para utilizar el potencial que tenemos en la Sombra, antes que nada, tenemos que encontrarnos con nuestra propia Sombra! Reconocerla, asumirla y dejar de negarla o proyectarla en los demás. Para esto tendremos que ralentizar el ritmo de nuestra vida, escuchar a nuestro cuerpo, concedernos el tiempo necesario para estar a solas y aprender a descifrar los mensajes que emergen de la profundidad de nuestra Consciencia. Así comprobaremos que nuestra realidad individual está totalmente conectada a una realidad más extensa…donde Todos estamos conectados.

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