Comenzaron a declarar los testigos en el Triple Crimen de Sarmiento
Siete testigos brindaron testimonios, durante la segunda jornada del juicio contra Claudio Norberto Lamonega, acusado como presunto autor de los asesinatos de Marisa Santos y de sus hijos Lucas y Victoria Ramis.
En la misma se proyectaron las fotografías del lugar del hecho y cómo fueron hallados los cuerpos de las víctimas. Dos testigos coincidieron en describir que Lamonega estaba muy nervioso, pero no expresaba signos de dolor o llanto. Uno de los declarantes relató que el acusado la llamó por teléfono desde el patio de la casa de Marisa y le dijo que estaba intentando levantar la persiana de la habitación de Lucas y le manifestó «algo pasó, me parece que están los cuerpos adentro».
Testigos
El primer testimonio del segundo día de juicio fue brindado por el jefe de la Policía Científica de Comodoro Rivadavia, Cristian Cayun. El licenciado en Criminalística proyectó imágenes, planimetrías e infografías para describir el trabajo sectorizado que realizaron en la casa de la calle Sarmiento, la camioneta de Marisa Santos y un contenedor de basura.
El profesional indicó que por la posición en la que fue hallado el cuerpo de Lucas Ramis, sobre el piso al lado de su cama, es probable que haya tenido algún tipo de reacción. En tanto, Marisa y Victoria estaban en sus camas en posición de descanso. Por último, destacó que la escena estaba absolutamente limpia y ordenada.
También prestó declaración un testigo que el 24 de noviembre se encontraba realizando una instalación eléctrica en una vivienda ubicada frente a la casa de las víctimas., fue quien le facilitó una barreta a Lamonega, cuando acompañado por dos efectivos policiales, forzó la puerta de ingreso. Este manifestó que el imputado se descompensó en la vía pública, por este motivo fue trasladado a la guardia del Hospital, lo acompañó junto a su esposa, prima de Marisa, y permanecieron durante unos minutos, con Lamonega en una sala de internación. En ese lugar, Lamonega habría expresado » los milicos están revolviendo todo y hay un juego de llaves de la casa en la maceta». Finalmente dijo que «lo note muy nervioso, pero no se le cayó una lagrima»
Llamados telefónicos
Durante el lunes 24 y en diferentes horarios, Claudio Lamonega se encontró y dialogó con algunas personas, a todos les transmitió su preocupación por no poder ubicar a Marisa desde el domingo por la mañana.
Un ex integrante de la familia política del imputado indicó que Lamonega le pidió el número telefónico de una prima de Marisa, radicada en Comodoro Rivadavia. La versión del acusado fue que la víctima y sus hijos habían viajado, el domingo por la mañana, para participar de una ceremonia religiosa y desde ese momento, no volvió a tener contacto. En su declaración, la prima de Marisa Santos sostuvo que la celebración de la comunión de una de sus hijos se había realizado el domingo 23 de noviembre; Marisa, Victoria y Lucas habían confirmado su presencia, pero nunca llegaron.
Declaro que Lamonega la llamó el lunes 24, después del mediodía, y le contó su preocupación, luego volvió a llamarla y le dijo que estaba en la casa de Marisa, intentando levantar la persiana de la habitación de Lucas. Allí le manifestó «algo paso, me parece que los cuerpos están adentro». Ella le sugirió que avisara a la policía.
Una situación violenta
El último testigo se identificó como un amigo de Marisa y que mantenía una buena relación con Lamonega. El sospechoso lo llamó el domingo a las 23:40, para preguntarle por Marisa y también le dijo que estaba preocupado por la falta de contacto.
Al tomar conocimiento de los asesinatos, este testigo decidió ir a buscar a Lamonega con la intención de mitigar su dolor y darle el pésame. Aseguró que lo halló en la casa de uno de los hijos del acusado, sentado, bebiendo y fumando. Afirmó el testigo que su reacción fue distante y fría, solo le expreso «no sé lo que pasó, le podría haber pasado a uno de mis hijos también».
Al consultarle sobre los últimos momentos que estuvo con Marisa, el ex trabajador petrolero le habría dicho «el sábado me quede a cenar, hicimos fideos, yo hice el tuco, lave los platos, fuimos hasta mi casa a encender las luces, volvimos y dormimos. Me levante después de las 9, fui a comprar el diario, volví y le di un masaje en las piernas a Vicky porque le dolían, y tenía que participar de una caminata. Controle el aceite de la camioneta y me fui».
En otro orden, el testigo agregó que cuando le contó que los movimientos de la camioneta habían quedado registrados en algunas filmaciones, Lamonega se puso incomodo y le preguntó en qué lugar estaban ubicadas esas cámaras. Por último, el testigo sostuvo que la situación económica y laboral de Marisa era precaria, cuando se separó de Lamonega, este continuaba realizando aportes de dinero y ella lo valoraba como un gesto digno.