Vuelve a volar el Concorde
El 26 de noviembre de 2003, el avión supersónico de British Airways realizó su último aterrizaje en una base cercana a Bristol, poniendo fin a casi tres décadas de vuelos que habían unido Europa y América a velocidades imposibles para la aviación convencional. La combinación de su elevado costo operativo, la caída de la demanda y, sobre todo, el terrible accidente del vuelo 4590 operado por Air France en el año 2000 que dejó 113 fallecidos, sellaron el destino de este icono.
Ahora, un año antes de que se cumplan 50 años de su primer vuelo comercial del Concorde, la historia vuelve a dar un giro. La empresa británica Fly-Concorde Limited anunció que el legendario avión volverá al cielo en 2026, convertido en símbolo de una nueva era tecnológica y sostenible.
Ley Concorde
Para que esto sea posible, contaron con un aliado inesperado, la legislación estadounidense. El pasado 6 de junio, el presidente Donald Trump firmó en el aeropuerto de Washington Dulles la denominada Ley Concorde, que levanta la prohibición de operar vuelos supersónicos sobre el territorio de Estados Unidos. Esta restricción, en vigor desde 1973, se implantó tras las quejas de ciudadanos que sufrían las ondas de choque del boom sónico, capaces de romper cristales y alterar la tranquilidad en tierra.
Más de medio siglo después, la nueva norma responde a la presión de proyectos privados como el avión Overture, de la compañía Boom Supersonic, que trabaja en tecnologías capaces de mitigar el impacto acústico mediante innovadores diseños aerodinámicos y vuelos a altitudes estratégicas.
Otro de los objetivos de esta normativa es que Washington quiere recuperar terreno frente a China, convirtiéndose en el líder de la carrera por los aviones comerciales de alta velocidad, y abrir el cielo supersónico a empresas privadas. Esa puerta es una palanca perfecta para el renacimiento del Concorde, que promete volar más alto, más silencioso y mucho más limpio que su antecesor.
Según Fly-Concorde Limited, el nuevo Concorde conservará la inconfundible silueta, pero será un 50% más ligero gracias a materiales compuestos de última generación. Su motor empleará combustibles sostenibles (SAF), capaces de reducir las emisiones hasta en un 80%, y podrá alcanzar 60.000 pies de altitud, el doble que un avión de pasajeros convencional.
Así, el Concorde vuelve a situarse como símbolo de vanguardia tecnológica, casi medio siglo después de su estreno comercial. En 1962, Reino Unido y Francia sellaron un acuerdo para crear la primera aeronave de pasajeros capaz de volar a Mach 2. Hoy, ese legado renace impulsado por el cambio de legislación estadounidense, el empuje de nuevos actores industriales y la promesa de que la velocidad puede, por fin, reconciliarse con el respeto medioambiental.