Otro golpe al bolsillo: se espera un nuevo aumento del combustible
Un informe del portal especializado Global Petrol Prices reveló que los precios de la nafta y el gasoil en Argentina se ubican por encima del promedio regional. La última suba aplicada por las principales petroleras, a excepción de YPF, posicionó al país entre los más caros de Sudamérica en materia de combustibles.
Actualmente, el litro de nafta en Argentina cuesta en promedio 1,15 dólares, mientras que el gasoil se vende a 1,19 dólares. Estos valores varían levemente según la región, siendo la Ciudad de Buenos Aires una de las zonas con precios más bajos, debido a ventajas logísticas y a la ausencia de tasas municipales.
La diferencia con otros países de la región es notoria. En Paraguay, donde no se produce petróleo, la nafta cuesta 0,80 dólares y el gasoil 0,87. En Brasil, un productor regional importante, el litro de nafta ronda los 1,13 dólares y el gasoil 1,08. Incluso en Chile, que depende de importaciones, la gasolina cuesta 1,35 dólares y el diésel un dólar. Uruguay, históricamente más caro, mantiene la nafta a 1,95 y el gasoil a 1,16 dólares.
El incremento en los precios argentinos responde, en gran parte, al atraso cambiario tras la devaluación aplicada en diciembre de 2023 por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo. Desde entonces, el dólar oficial se mantuvo por debajo de la inflación, lo que encareció el precio en dólares de todos los bienes y servicios, incluidos los combustibles.
El exsubsecretario de Combustibles, Alberto Fiandesio, explicó: “Que los combustibles sean los más caros de la región se debe al tipo de cambio. La estructura impositiva sigue siendo la misma de cuando los extranjeros cruzaban la frontera para cargar combustible más barato”.
Por su parte, un ejecutivo del sector petrolero indicó que aproximadamente el 35% del precio del combustible en Argentina corresponde a impuestos nacionales y provinciales. A esto se suma un porcentaje variable de tasas municipales que oscila entre el 2% y el 4%. En otros países, en cambio, los impuestos sobre los combustibles son flexibles y se ajustan para amortiguar los cambios en el precio internacional del crudo.
En las últimas semanas, Shell, Axion y Puma aplicaron subas de hasta un 10%, mientras que YPF decidió mantener sus precios para no perder competitividad. Sin embargo, esta estrategia provocó una diferencia de entre el 8,2% y el 10,7% con respecto a sus competidores.
Según fuentes del sector, se estima que aún queda un 5% de retraso en el precio de los combustibles, por lo que se espera que YPF lidere un nuevo aumento a partir del 1 de julio.