Ariel Salvador: “Las calles están destruidas, pero en 20 días estarán reparadas“
Puerto Madryn enfrenta días complicados tras una semana de lluvias persistentes que han dejado a las calles de la ciudad en un estado crítico. Los caminos de tierra presentan severos daños, con zanjones y barro que dificultan la circulación. En este contexto, la comunidad reclama soluciones urgentes mientras el pronóstico extiende las precipitaciones hasta el viernes, complicando cualquier esfuerzo de reparación.
Ariel Salvador, titular de Servicios Públicos de la Municipalidad, se refirió a la situación como un verdadero desafío para su equipo de trabajo. “Es un bautismo de fuego, pero este es de agua. La verdad que las calles están destruidas. Esa es la realidad”, expresó este lunes, evidenciando la magnitud del problema y el impacto que las lluvias han tenido en los sectores más vulnerables de la ciudad.
Prioridad en recorridos de colectivos
El funcionario explicó que los esfuerzos iniciales se concentran en garantizar la transitabilidad de los recorridos de colectivos. “Sabemos que hay mucha gente que se traslada en ellos y no queremos entorpecer más su ida y vuelta al trabajo”, destacó, justificando la decisión de priorizar estas arterias sobre calles barriales.
Salvador detalló que se está utilizando calcáreo y tosca para los cruces más comprometidos, aunque admitió que las condiciones climáticas limitan su efectividad. “Todo lo que tiramos, lamentablemente al rato es un barrial y se termina yendo. Por eso pedimos la colaboración de los vecinos: cuando vean las máquinas, que nos corran los vehículos para poder hacer un trabajo bien hecho”, solicitó.
Zonas más afectadas
Entre los sectores más perjudicados mencionó las calles Santa Cruz, Santa Fe, Moreno, o barrios como La Colina y Solanas, donde las características del terreno, sumadas a las lluvias, han agravado los daños.
Un esfuerzo constante frente a un pronóstico adverso
Con lluvias previstas hasta el viernes, Salvador destacó que el trabajo continuará incluso los fines de semana, aunque pidió paciencia a los vecinos: “Con el equipamiento que tenemos, en unos 20 días se tiene que notar el cambio”. Mientras tanto, el equipo de Servicios Públicos enfrenta este “bautismo de agua”, en busca de recuperar la normalidad en la ciudad.