Viaje educativo a Puerto Madryn termina en robo y destrozos: frustración y pérdidas para el Liceo de Navegación Fluvial de Santa Fe


El grupo del Liceo de Navegación Fluvial de Argentina N° 8245, liderado por su director Rodolfo Gonzáles, viajó desde Santa Fe a Puerto Madryn para realizar prácticas de buceo, parte esencial de su programa de formación. Lo que comenzó como una experiencia educativa y de camaradería se vio empañado cuando los jóvenes, de entre 16 y 17 años, sufrieron el robo de dinero, equipo fotográfico y otros objetos personales, además de daños en sus carpas y pertenencias en el campamento donde se alojaban.

El viaje de los alumnos forma parte de un proyecto educativo de larga data que el Liceo de Navegación Fluvial lleva a cabo desde 1992, salvo el período de interrupción durante la pandemia. En esta instancia, los cadetes deben aplicar los conocimientos teóricos de buceo que han estudiado durante un año, así como poner en práctica habilidades técnicas en un entorno real. Según explicó Gonzáles, “venimos a cerrar, es el broche, el buceo acá en Puerto Madryn”.

El director destacó el esfuerzo de las familias y de la comunidad educativa para hacer posible esta experiencia, que incluyó actividades como avistaje de ballenas, homenaje a bomberos y recorridas por puntos emblemáticos de la ciudad. “Muchos funcionarios del gobierno nos ayudaron para que los cadetes puedan hacer avistaje de ballenas”, comentó Gonzáles, agradeciendo la colaboración recibida.

El grupo se encontró con una situación alarmante al regreso de una actividad programada: algunas carpas habían sido destrozadas, faltaba dinero, cámaras fotográficas y otros equipos. “Nos faltaron cámaras, auriculares, elementos de las mujeres”, relató Gonzáles, describiendo la frustración de alumnos y padres.

En Santa Fe, los padres reaccionaron inmediatamente, exigiendo garantías de seguridad y planteando incluso la posibilidad de finalizar el viaje de manera anticipada.

El equipo docente actuó rápidamente, con ayuda del personal del camping y la intervención de la policía, para presentar la denuncia y asegurar la integridad del contingente. El director expresó que se sintieron respaldados por el personal del camping y la policía, quienes continuaron patrullando el lugar. No obstante, la pérdida de una cámara fotográfica valorada en aproximadamente un millón de pesos impactó gravemente al presupuesto del grupo, que había organizado eventos para reunir fondos para el viaje.

El costo emocional y la resiliencia del grupo

Los estudiantes, que pasaron el último año vendiendo productos y organizando eventos para cubrir los gastos, se enfrentaron a la amarga experiencia de ver su esfuerzo desmoronarse. Gonzáles explicó que “los chicos trabajaron casi un año para esto, vendiendo pasta, haciendo beneficios, generando un kiosco para generar fondos”. A pesar de la situación, el equipo directivo busca retomar el espíritu original del viaje y aprovechar los días restantes para continuar con las actividades programadas.

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