POLÍTICA

Un circo demasiado caro

Por Karina Cecuk

Los eventos del último jueves en la Legislatura de Chubut fueron dignos de un espectáculo circense. Una diputada a los gritos en un intento desesperado por llamar la atención de los presentes, y un vicepresidente del cuerpo legislativo tratando de salvar las pilchas ante la exposición pública.

El hecho de que los Bomberos Voluntarios de Chubut no fueran citados por los diputados en el mismo momento en que se movilizaron a la capital provincial, exhibe el especial desinterés de los representantes del Pueblo por estos servidores públicos.

Si no estaba en los planes de los legisladores, sea por las razones que fuere, tratar el proyecto de ley que piden los Bomberos; cabe preguntarse porque no los llamaron antes de la sesión del jueves y les explicaron los pormenores al respecto.

Tan difícil era llamar por teléfono a un represente de los Bomberos y convocarlos a una audiencia formal. O acaso será que los honorables diputados disfrutan de ver a ciudadanos libres mendigando a las puertas de la Legislatura.

No, esperaron a que el recinto estuviera colmado de Bomberos Voluntarios expresando sus demandas, para ofrecer un lamentable espectáculo que solo exhibió las mezquindades que abundan entre la dirigencia política.

Ciertamente que el breve show que ofrecieron después de tres meses de inactividad legislativa resulta muy oneroso para los chubutenses que con gran esfuerzo pagan sus impuestos y mantienen las suculentas dietas de los diputados de Chubut (y los gastos de bloque).

Tres meses pasaron sin actividad alguna. Sin embargo, eso no significa en lo absoluto que no hubiere asuntos que tratar, solo que el cada vez menos honorable cuerpo no quería entorpecer la campaña política.

Estimado lector, puede usted reír o llorar, pero cualquier otra explicación carece de todo sentido.

Así las cosas, los sobrevaluados legisladores estuvieron tres meses sin trabajar.
Seguramente durante ese tiempo no tuvieron asuntos urgentes para su propio interés, como cuando votan sin chistar, Resoluciones de Presidencia de las que no se informa su contenido ante los presentes en el recinto.

Es fácil suponer que se trata de gastos de diputados y cualquier otro asunto que justifique erogación de fondos públicos.

A no confundirse, no ocultan información por vergüenza, lo hacen por auto-preservación. Para avergonzarse de un acto, antes hay que arrepentirse.

Podríamos citar otro ejemplo como el de los nombramientos de amigos y familiares en la Casa de las Leyes, o recordar como muchos de los que pasan por las bancas se quedan como asesores en la Legislatura a través del tiempo.

Claro está que estos actos pueden resultar repudiables, pero eso no los convierte en ilícitos, y por ello la historia se repite, una y otra vez a espaldas de la ciudadanía.

Después de todo, es justo decir que las cuestionables prácticas no son privilegio de esta Legislatura, claro que no, pero quizá en algún momento las cosas deberían cambiar.

Sobre lo que ya no cabe ninguna duda, es que a juzgar por la calidad del espectáculo, el circo legislativo les cuesta demasiado caro a los ciudadanos de Chubut.

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