¿POR QUÉ NO DEBEMOS TOCAR NI SACAR DEL AGUA A LAS ESTRELLAS DE MAR?

Animalito e’ dios

Las llamadas ‘estrellas de mar’ son animales de la clase Asteroidea, perteneciente a la familia de los equinodermos. Es una clase compuesta por cerca de 1.800 especies que se distribuyen a lo largo de todos los océanos del mundo.
Posee una parte central y cinco brazos (aunque hay especies que pueden tener más extremidades). Su superficie puede ser lisa, granular o con espinas y algunas especies pueden incluso regenerar sus brazos dañados o perdidos.
Se alimentan de microorganismos a través de un sistema de filtrado que tienen en la parte de abajo, pero también pueden comer esponjas de mar.
Se mueven gracias a unas pequeñas patitas que tienen en sus brazos y se adhieren a superficies gracias a las ventosas localizadas en esas patitas.
Estos simpáticos organismos bombean agua directamente en sus cuerpos a través de un sistema vascular acuífero. Este hecho los convierte en muy vulnerables a cualquier forma de contaminación del agua, puesto que disponen de poca capacidad para filtrar las toxinas y otros contaminantes que contiene.

Mueren en muy pocos minutos

Sin embargo, otra amenaza está extendiéndose conforme el turismo de masas va apoderándose de sus hábitats. En aquellas aguas de escasa profundidad y muy transparentes, donde las estrellas de mar pueden ser localizadas muy fácilmente por los bañistas, estos animales están muriendo por algo tan simple como sacarlas durante unos pocos minutos del medio marino.
Cuando un turista, inconsciente a menudo de sus actos, saca una estrella del agua para posar con ella y hacerse una foto, lo que consigue es que ese animal deje de intercambiar gases para su respiración y muera en cuestión de pocos minutos. Es decir, acaban asfixiándose.El simple hecho de tocarlas somete a las estrellas de mar a un intenso estrés que en ocasiones les impide regresar a su hábitat. Aunque resulte difícil de creer, hay especies animales a las que el manoseo y el tacto por parte de humanos pueden llegar a causarles la muerte.
Si a eso se añade que las aguas de las playas frecuentadas por el turismo suelen contener importantes cantidades de protectores solares, bronceadores, repelentes de insectos y otras sustancias químicas nocivas para las especies marinas, es fácil de entender por qué deberíamos ser más discretos en nuestra relación con la fauna salvaje.
Las estrellas de mar no deben tocarse, ni sacarse del agua, aunque sea por cortos espacios de tiempo. El desenlace más probable después de este gesto puede ser su muerte.
Así que cualquier foto que se comparta en redes sociales extrayendo estos equinodermos del agua debe ser objeto de rechazo, y así hacerlo constar para que quienes vean esas imágenes desistan de imitar tan perniciosa actuación.

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